Doce

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BIENVENIDXS A LA SEMANA LLAMAS : Día 3/7

***

El camino en coche fue silencioso pero agradable hacia tiempo que me había dado cuenta que la simple compañía de este hombre egocéntrico con aspecto de adonis perfecto es lo único que necesito. No son necesarias charlas tontas, el simple silencio es perfecto, me siento cómoda en un estado de relajación completamente que nadie salvo él me proporciona. Y creo que es de las cosas que más me gustan, el sentirme cómoda y muy segura a su lado.

Siento que es mi muro de protección y que nada podrá hacerme daño si lo tengo a mi lado.

Lo amo como nunca pensé que podría amar a nadie y estoy muy segura de ello cada vez que lo miro, lo tengo cerca y le siento.

—Estas preciosa esta noche —murmura agarrando mi mano cuando le entrega las llaves al aparcacoches que nos recibió a la puerta del restaurante.

Me distraje mirando la entrada tan lujoso del lugar hasta que noté el brazo de Ethan pasar por mi cintura baja rozando mi culo.

—Estamos en público —me quejé por lo bajo cuándo me pegó a él.

—¿Tengo cara de que me importe?

Lo que tiene es una cara muy dura y aun así me encanta como nadie.

El restaurante resultó muy extraño a mi parecer, en la entrada nos recibió el metre al que Ethan le dijo su nombre para que nos llevara hasta la mesa que reservó que resultó estar en la azotea porque tuvimos que subir en el ascensor donde aprovechó que no había nadie y me magreó el culo y me besó el cuello dejándome atontada y con las piernas temblando.

—Es que estás tan buena, nena —murmuró rozando con sus labios mi oreja—. Pareces una joven virgen que me muero por desflorar y enseñarle lo bien que follo.

—Basta por favor —notaba las mejillas picar de la vergüenza además de la tonta risita que escapó de mis labios de solo imaginarnos tumbados en la cama.

De un movimiento rápido me pega contra la pared pero no pega sus labios a los míos como esperé, solo se acercó lo suficiente para que su aliento caliente me rozara la piel y me temblara todo el cuerpo por tenerle tan cerca, tocándome.

—¿Vas a hacer la escena de cincuenta sombras de grey? —me burlé ya que no me estaba besando pero me tenía bien agarrada de la cintura.

—Sabes que soy mucho mejor que Christian Gray —murmuró relamiéndose los labios con una sonrisa lasciva—. Aunque si quieres de verdad jugar a la sumisa y al amo no tengo problema.

—Te odio —lo empujé y me llevó contra el agarrándome del brazo y justo las puertas del ascensor se abrieron—. Pero me gustaría probar lo que eres capaz de hacer, mi amo.

Arqueó una ceja mirándome tenso mientras avanzamos por el lugar hacia la terraza donde una mujer nos esperaba para guiarnos.

—No me provoques, nena, sabes que no tengo problema con que haya público si me apetece follarte ahora —murmura en mi oído acercándonos a la mesera que nos lleva a la mesa reservada.

—Quiero probar tus castigos porque he sido una chica mala.

Con Ethan me gustaría jugar y si el me provoca ahora me toca a mi provocarle sobre todo porque esperaba que esta noche terminara en sexo desenfrenado por todo su piso, era algo que tenía en mente desde hace mucho y pensaba cumplir esa fantasía a como de lugar.

—Ahora soy yo él que te odia por ponérmela dura.

Reí por lo bajo al ver como se acomodaba los pantalones medio escondiéndose detrás de mi al avanzar entre las mesas hasta llegar a la nuestra que estaba en la esquina de la terraza.

Llama de la pasión ✔️ [Llamas #2]Where stories live. Discover now