Cincuenta

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—Tenemos una emergencia, preparen el quirófano —oigo la voz de uno de los enfermeros hablar tras un walkie talkie—. Varón de veintitantos con herida profunda de navaja en el costado derecho, es posible que le haya perforado un pulmón.

Se me comprime el corazón un poco más al oírle.

—Tiene la presión alta y las pulsaciones bajas, llegaremos ya.

Me aferro a su mano inerte con todas mis fuerzas llorando y suplicando que abra los ojos, se levante y con una sonrisa me diga nena. Se me hace un nudo en la garganta, me duele el pecho porque me cuesta respirar, estoy empezando a marearme y las lágrimas no me dejan ver con claridad.

Llegamos al hospital y yo sigo deprisa la camilla sin soltar su mano. Los médicos se gritan entre ellos metiéndose prisa y al llegar a las puertas dobles me sujetan obligándome a soltarlo.

—No puede entrar ahí.

—Déjeme —grito.

—Tiene que dejarnos hacer nuestro trabajo.

—Loren —Patrick apareció corriendo detrás de mí.

—Sujétela —le pide como si fuera una niña que no sabe controlarse—. Si quiere que sobreviva tiene que mantenerse al margen.

—Vamos a tomar el aire —me dice tirando de mi para llevarme por el pasillo.

—No quiero tomar el aire —chillo sin importarme estar molestando a la gente—. ¡Quiero a Ethan!

—Loren, tienes que calmarte —me pide sujetándome por los hombros—. No es bueno para ti ni para el bebé que te pongas así.

—¿Cómo lo sabes? —pregunto entre lágrimas.

—Creíste que podías darme esquinazo, pero te vi intentar lárgate en el coche y te seguí hasta el hospital y conseguir allí información fue muy fácil ya que por algo soy espía que conocerás.

Una pequeñita risa alegra un poquito mi alma pero enseguida me echo a llorar de nuevo y me lleva a sentarme a las sillas pegadas a la pared.

—Siento mucho que haya pasado esto —murmura—. Yo tengo la culpa de no haber estado en el edificio, no pensé que allí estarías en peligro.

—No es culpa tuya.

—Sí lo es, me contrató para protegerte a ti y te dejé ir sola porque ibas a casa y yo iba a reunirme con un socio que me iba a dar una información importante.

—Me has protegido muy bien pero no eres un héroe perfecto.

—Mataron a mi compañero y tengo la sospecha que para distraerme y tardé demasiado en llegar a vosotros.

—Patrick —digo con tristeza al ver su cara culpable.

—Te aseguro que no volverá a pasar y menos ahora que estás embarazada —me asegura apretando mi mano—. Antes daré mi vida que dejar que os pase algo.

Me echo a llorar muy fuerte mirando hacia las puertas donde se llevaron al amor de mi vida.

—No puedo...respirar —digo entre jadeos agarrándome el pecho.

—Loren —me coge la cara entre las manos—. Una respiración a la vez. Respira conmigo.

Cojo aire y lo suelto a trompicones. Así hasta que respiro con normalidad pero no deja de dolerme el pecho.

—Vamos a lavarte, estás llena de sangre.

Tengo la sangre de Ethan por las manos, en la mangas y en los pantalones. Aprieto mis manos rojas viendo borroso. Me hace ponerme en pie y me lleva al baño de mujeres. En el espejo no reconozco al fantasma que veo reflejado. Tengo la ropa rota, estoy pálida, tengo el pelo echo un nudo, las mejillas rojas surcadas de lágrimas y en el ojo izquierdo tengo un marca por el golpe que se está poniendo negro y la mejilla también muy roja.

Llama de la pasión ✔️ [Llamas #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora