Diecinueve

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—¿Tienes todo? —me pregunta Ethan colocándose las gafas de sol sobre la cabeza dejando la maleta en la entrada.

Reviso mi bolso asegurándome de tener todo y corro a la habitación recogiendo el cargador del móvil y el pequeño neceser de maquillaje antes de correr hacia la puerta donde mi novio impaciente espera.

Agarro una bolsa de dulces y chocolate y agarro mi maleta para salir del apartamento que cierro con llave antes de bajar al garaje.

Ethan deja las maletas en el maletero y yo me subo poniéndome cómoda a la espera de que arranque. Bajo la ventanilla cuando ya estamos en la carretera y el aire inunda el Audi con agradable el olor a mar que me relaja.

Desde ayer que me dijo que nos íbamos unos días llevo preguntando a donde vamos pero mi hombre misterioso no me lo quiere decir pero como sé que con él esté donde esté siempre me lo paso bien me dejo llevar, y no me importa a donde vayamos si estoy con él.

Solo espero que no me lleve lejos solo para encerrarnos en una habitación de hotel y no salir de ahí por estar follando.

—¿Tardaremos mucho en llegar? —pregunto metiendo una gominola con azúcar en mi boca y otra en la Ethan.

—No, tranquila, es solo media hora —responde masticando el dulce.

Me acomodo en el asiento y dejo que el tiempo pase comiendo dulces, mirando por la ventana, escribiendo con mis amigos y charlando un poco con Ethan hasta llegar.

Por la cantidad de letreros y señales veo que estamos en la zona sur de Florida pero sin tener claro cual es el plan de Ethan, ni que haremos.

La media hora se me pasa rápido hasta que cruza la ciudad parando el coche delante de un hotel de cuatro estrellas. Le entrega las llaves al aparcacoches que me abre la puerta para ayudarme a bajar y entramos en el hotel cogidos de la mano.

El recepcionista nos sonríe entregándonos las llaves mientras el botones carga nuestras maletas hasta la habitación que está en el último piso. A Ethan le gustan demasiado las alturas y los últimos pisos para todo.

La habitación es enorme con una cama inmensa y un gran balcón al fondo con jacuzzi. El botones deja las maletas en la entrada y se despide cuando Ethan le da la propina y cierra la puerta.

Me dejo caer sobre la cama boca arriba y enseguida tengo a Ethan apoyado sobre mí.

—No te pongas cómoda, nena, que nos vamos —me da un rápido beso en los labios antes de levantarse y coger las maletas.

Me siento en la cama y lo veo sacar las cosas de ducha.

—¿Me vas a decir ya a donde vamos?

—No —responde con una sonrisa torcida—. Solo te diré que te pongas algo cómodo, nada de tacones ni falda.

Mientras el se ducha yo reviso la maleta que Karen organizó a petición de Ethan con la ropa que iba a necesitar. La mayoría son ropa veraniega, vestidos y pantalones cortos, blusas finas y también ropa deportiva.

En cuanto Ethan terminó de ducharse y salió con pantalón de chándal y una básica elegí ropa igual para ducharme.

Antes de salir metí la sudadera en una mochila y Ethan metió también los bañadores alegando que era por si acaso.

Tomó mi mano y me llevó fuera del hotel hacia el coche que ya nos esperaba y arrancó sin decirme a donde nos dirigimos. Tomó la carretera junto a las playas alejándose de la ciudad llegando hasta una zona de embarcaciones y una pista de aterrizaje.

Ethan bajó del coche confiado y lo seguí de cerca mirando a todos lados.

¿Qué hacíamos aquí?

Llama de la pasión ✔️ [Llamas #2]Where stories live. Discover now