Cuarenta y dos

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El hospital está colapsado, todos los heridos ocupan gran parte de urgencias. Todo por mi boda que ha sido fastidiada y ahora mi recién estrenado marido está inconsciente en una camilla. Lleva una máscara de oxígeno y la brecha en la cabeza por el golpe por suerte fue superficial y solo necesitó tres punto de sutura.

Los gemelos me acompañan y Freddie salió a buscar algo de beber para amenizar la espera.

—¡Josh! —exclama Freddie apartando la cortina que nos aísla de los demás con urgencia—. Mamá también está aquí.

Josh se pone en pie alarmado igual que yo.

—¿Qué le ha pasado? ¿Dónde está? —pregunta y ambos salen deprisa.

Beso la frente de Ethan acariciándome su pelo rubio.

—No despiertes hasta que vuelva, vale?

Salgo corriendo buscado las dos cabezas rubias y los sigo hasta la camilla en la que se encuentra su madre sentada.

—Estoy bien niños, no seáis exagerados —dice su madre y respiro aliviada porque está consciente y parece estar bien

—Eres idiota, me habías asustado —le grita Josh a Freddie—. Mami.

Ambos van como críos a abrazar a su madre que los tranquiliza hasta que empiezan a discutir como siempre por la atención de su madre y los ojos verdes de Isabela me encuentran detrás.

—Loren cariño.

—Isabela —avanzo por un lado de la camilla y se me atasca la saliva porque tiene un quemadura en la pierna derecha que le quemó parte de vestido—. Lo siento muchísimo.

—Tranquila cielo, es solo superficial —me coge de las manos con gentileza—. Estaba muy cerca de la explosión y me rozó un poquito.

—Lo siento tanto, no sé que ha pasado.

—Cariño, no es culpa tuya —me toca la mejilla suavemente—. ¿Tú estás bien? ¿Dónde está mi hijo?

Los gemelos dejan de discutir y miran a su madre y luego a mi.

—Él está bien —murmuro tragándome la mentira—. Solo inhaló mucho humo, como todos.

—Está en observación —me apoyando los gemelos igual de tensos.

—Isabela —una voz grave y fuerte interrumpe entrando a través de la abertura en las cortinas.

El padre de los gemelos y tío de Ethan entra para ver a su esposa y se queda parado al verme mirándome con odio. Él no estuvo en la boda por lo que llega ahora seguramente después de que alguien le avisara.

—Sabía que era una mala idea ir a vuestra estúpida boda —me espeta viniendo hacia mi—. Ese imbécil siempre trae desgracias a esta familia.

—¡Papá! —gritan los gemelos.

—Rainer —le riñe su mujer—. Ya basta, esto no es culpa de Loren y tampoco de mi hijo.

—Estás herida y aun así les defiendes.

—Es mi hijo —alza la voz callando a su marido—. Te guste o no es mi hijo y quiero que lo dejes tranquilo.

Isabela me mira disculpándose con la mirada y me aprieta la mano.

—Mejor os dejo —murmuro soltando a Isabela para salir.

Rainer me sigue con la mirada hasta que cruzo la cortina justo cuando llega la enfermera para curar a Isabela.

Avanzo de vuelta a donde Ethan cuando de entre unas cortinas me choco con Hannah.

—¡Loren, menos mal que estás bien! —exclama y nos abrazamos con fuerza—. Te perdimos de vista y nos asistamos, todo fue un caos. Me lo estaba pasando de fábula y cuando todo pasó se me bajó el pedo de golpe.

Llama de la pasión ✔️ [Llamas #2]Where stories live. Discover now