II. Welcome again to Hogwarts

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𝑵𝒂𝒓𝒓𝒂 𝑶𝒍𝒊𝒗𝒆𝒓:

- ¡Miren! Parece que ya llegamos - Señaló Allison a la ventana. Durante el viaje nos habíamos juntado los cinco en un vagón. Por fuera el tren se detenía en la estación de Hogwarts.

- Ustedes adelántense - Les dije a las chicas con un a leve sonrisa - Con Mateo tenemos que revisar algunas cosas de otros vagones, este año me niego a perder la copa de Quidditch - Adhara negó con la cabeza divertida.

- No tiene reparo - Ella le susurró a Mateo pero de igual manera logré escuchar. Las tres chicas se alejaron y yo agarré mi mochila para dirigirme a los últimos vagones.

Allí ambos agarramos nuestras escobas y demás cosas y las pusimos junto a los otros equipajes. Habíamos apartado nuestros objetos de Quidditch porque escuché en la estación 9 3/4 que un Slytherin sabotearía nuestras escobas en el tren, y antes de que siquiera se acercaran la escondí. Seguido a eso caminamos a la salida pero antes de llegar a la puerta choqué con alguien sin querer.

- ¡Oh! Lo siento - Se disculpó, y por la voz supe de quién se trataba. Era Millie McBeck, es de Gryffindor y está en mi año - ¿Cómo estás, Oliver? - Sonrió animadamente y entre los tres salimos del tren.

- Estamos muy bien, gracias por preguntar - Dijo Mateo y tuve que morderme la lengua para aguantar la risa. Ella lo había ignorado por completo.

- Me alegro. Este año espero que ganen la copa, te he visto y eres muy buen capitán - No pude evitar sentir mi ego crecer y una sonrisa se formó en mi rostro.

- Gracias, Millie - Le agradecí. En serio esperaba ganar este año.

- Si, muchas gracias Millie - Sentí unos brazos rodear mi cintura, Adhara estaba en puntitas de pie y apoyaba su cabeza en mi hombro - ¿Vamos, Oliver? - Me preguntó con una sonrisa falsa, suspiré sabiendo lo que se me venia encima. Asentí con una sonrisa y caminé junto a Adhara, a lo lejos podía escuchar las carcajadas de Mateo.

- Mira, solo nos chocamos y comenzó a hablarme, no paso nada - Ella se mantenía callada mientras caminábamos hacia los botes, serena y con una postura de superioridad.

- Yo no te diré nada - Fruncí el ceño confundido, Adhara nunca fue celosa pero las mujeres en general lo son así que no me sorprendía que estuviese celosa -. Si tu quieres engañarme por más que me enoje o te amenace lo harás igual, solo te estoy advirtiendo que confió en ti, no me falles - Sonreí entendiendo su juego. Era manipuladora hasta la tumba, pero ya no podría mentir de la misma forma conmigo, por lo menos no ahora que la conocía mejor.

- Eres una manipuladora de excelencia, dedícate a eso - Rió suavemente y ambos subimos al carruaje - ¿Sabes? - Le susurré para que nadie mas escuchara - Amo que te pongas celosa.

- A mi no - Me susurró también a lo cual negué con la cabeza divertido.

Al llegar a las afueras del castillo bajamos de los carruajes y entramos al mismo, fuimos al Gran Comedor y nos separamos. Me senté junto a Mateo en la mesa de Gryffindor esperando a que sea el momento de la selección.

- ¿Ella sabe? - Me preguntó en un susurro Mateo, a lo cual fruncí el ceño.

- ¿Quién?

- Adhara.

- ¿Saber qué? - Intenté que especificara.

- Que Millie McBeck fue tu novia y todavía sigue enamorada - Tragué saliva y negué con la cabeza.

- ¿Por qué tendría que saberlo? - Siendo sincero, no lo veía necesario.

- Para que no se sorprenda si se te acerca queriéndote robar un beso - Cerró los ojos y extendió sus labios queriendo besarme, lo aparté con mi mano y ambos reímos.

- Después se lo digo si me acuerdo - Mateo me iba a contestar pero en el Gran Comedor se hizo un silencio y Dumbledore le dio la bienvenida a los nuevos estudiantes.

Tras la selección y la cena los prefectos nos llevaron a nuestros cuartos, como siempre Percy Weasley enseñaba su insignia con orgullo entre frases como "¡Tenme más respeto! Soy tu prefecto" o "¡Siganme! Soy el prefecto de Gryffindor". Mateo deseaba tirarlo por las escaleras, pero se contuvo. Cuando llegamos a la sala común subí directamente a mi habitación, aparte mi equipaje de la cama y me tiré boca abajo, cansado.

- ¿Ya te quieres dormir? - Preguntó Mateo con una leve risa.

- Debo acostumbrarme, este año las practicas empezaran a las 5AM.

- ¡¿QUE?! - Mateo corrió hacia mi cama para mirarme a la cara y ver si lo que había dicho era verdad, sus noches de desvelo acabarían antes de lo que cantaba un gallo - ¿Estas bromeando? - Negué con la cabeza, divertido - Yo tengo que matarte, desde ya te avisó que no me levantaré a la madrugada.

- No pasa nada, conseguiremos otro cazador - Me miró ofendido y se fue a la cama.

- Te detesto, Wood - Reí pero en mi mente se reflejó Adhara, esa es una frase que ella diría. Con una sonrisa me puse el pijama y me acosté para dormir.

𝐀𝐧𝐲𝐰𝐚𝐲 │Oliver WoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora