XVII. Rayo de luz

1.6K 145 1
                                    

𝑵𝒂𝒓𝒓𝒂 𝑨𝒅𝒉𝒂𝒓𝒂:

Observaba con detenimiento el pergamino de mi madre. "Problemas en Estados Unidos" ¿Qué tipo de problemas? ¿Por qué? Habían demasiadas preguntas y pocas respuestas. Con la yema de mi dedo recorrí cada letra. No estaba escrita con tinta y pluma, se notaba, era una lapicera. Eso significa que no estaba en el ministerio, lo habrá escrito apurada en otro lugar si tuvo que usar su lapicera. Mi mente se desconcentró de las preguntas cuando la puerta de la habitación se abrió, Camila entraba junto con la maleta de Allison y detrás suyo la morocha me dedicaba una sonrisa.

- ¡Allison! - Dije esbozando una gran sonrisa y corriendo hacia ella para abrazarla - Te extrañé, amiga - Le dije en su oído rodeando mis brazos alrededor de su nuca.

- Yo también, contaba las horas para que llegué el Lunes - Me separé dejándola entrar y sentarse en la cama. 

La miré curiosa preguntándome que había pasado en sus días ausente. Al notar mi mirada meneo la cabeza indicándome acercarme. Se remango las mangas de su campera, no había tatuajes. No pude evitar suspirar del alivio y sonreirle.

- Pasaron otras cosas en su lugar - Me dijo seria y me senté a su lado para escuchar, Camila se sentó a su otro lado prestando atención - Cuando llegué no me obligaron a hacer nada ni tampoco me mencionaron nada. El sábado me avisaron que tendrían una reunión en mi casa al día siguiente con mas mortifagos y que yo debía asistir bien vestida. Me regalaron un vestido negro y de encaje con brillos junto con unos pendientes - Me acomodé y seguí escuchando atenta, mis nervios habían subido - El domingo en la noche llegaron, entre ellos estaban Lucius Malfoy y su esposa Narcissa.

- ¿Los padres del duende rubio? - Interrumpí refiriéndome al niño Malfoy. Ella asintió.

- Hablaron de varias cosas, entre ellas algo sobre la MACUSA - La sangre en mis venas se calentó y mis pelos se pusieron de punta. Tragué saliva y seguí escuchando - Dijeron algo sobre que la estaban atacando con sus hombres infiltrados ya que su plan con el diario de Ryddle no funcionó del todo - Tomé aire preocupada, ambas sabían que mis padres trabajaban allí por lo tanto sentí sus miradas intrigadas y preocupadas a la vez. No pude evitar sentir como mi estomago se revolvía de los nervios.

- Me llegó una carta - Dije en un tono de voz perdido, como si no tuviera ningún sentimiento que expresar - Mi mama me dijo que hubo problemas en Estados Unidos - Estuvimos unos segundos en silencio. Un miedo gigantesco creció dentro de mí inundándome. Ahora sabía el origen del problema que me comentó mi mamá. En mi garganta se enredó un nudo ya que hacia fuerza para no llorar y pestañeaba constantemente para borrar cualquier rastro de alguna lágrima que se aproximara en salir.

- Mencionaron también algo sobre una cacería - Volvimos a ponerle atencion a Allison - Cazarán a cada mago que tenga información sobre los planes que tienen para revivir al señor tenebroso y... - Sus ojos brillaron de una forma intensa, pero no de felicidad si no que de tristeza y angustia.

- ¿Por qué no comemos algo? Acabas de llegar y ya te estamos hostigando con preguntas - Dijo Camila evadiendo el tema y caminando hacia la puerta. Notamos su cambio repentino de expresión, temiendole a lo que sea que puedan hacer los mortifagos.

- Tienes razón, muero de hambre - Allison mostró una media sonrisa y se levantó también para acompañar a Camila - ¿Vienes, Adhara? 

- Iré en un momento - Asintieron con la cabeza y salieron, apenas vi cerrarse la puerta corrí hasta mi cama y agarré la carta de mi madre. La guardé en un cajón apresurada y en otro pergamino comencé a escribir.

"Querida Abuela:

He recibido una carta de mamá, hubo problemas en la MACUSA, los mortifagos tienen algo que ver. Necesito que cierres todas las puertas y ventanas en casa, enviaré a WhiteSheep día por medio para enviarte comida. No le abras a nadie que no sea la lechuza o mamá.

Cuídate, no se que esta pasando pero te necesito sana y salva.

Te ama, Adhara".

Apenas terminé de escribirla la doble y la guardé en un sobre vacío y con el sello de Hogwarts. Saqué a WhiteSheep de su jaula y le entregué la carta.

- Llévale esto a mi abuela, escóndete y vuelve rápido - La lechuza meneó la cabeza asintiendo y ampliando sus alas hacia la puerta. Le abrí y salió disparada como un rayo de luz.

Mis nervios se encontraban de punta, tragué en seco preocupándome por mis padres. ¿Y si ya están muertos? ¿Qué pasará conmigo? ¿Qué pasará con mi abuela? ¿Que haré si los pierdo a los tres? No puedo permitir que eso pase.

Me senté en el borde de mi cama en silencio unos minutos, tengo que procesar toda la información que estoy recibiendo y no tengo tiempo para hacerlo. Me levanté de la cama en un instante, me sequé las lagrimas que habían salido sin mi permiso y salí de la habitación, me preocuparé por esto mas tarde, ahora comeré junto con las chicas e intentaré distraerme fingiendo que no pasa nada.

𝐀𝐧𝐲𝐰𝐚𝐲 │Oliver WoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora