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Taehyung observó la puerta cerrada con la sensación de haber tenido una alucinación muy extraña. Fue sólo por un momento, pero la idea rápidamente se le hizo ridícula, aunque no tanto como el hecho de que Jeon Jungkook estuviera del otro lado.

Consideró sus opciones muy brevemente, antes de cerrar sus ojos, quitar la cadena del seguro y tomar una respiración profunda, para finalmente abrir, y lo vio otra vez, por lo cual trató de ser lo más cortés posible.

— Hola...

— ¡Taehyung!

Taehyung esperaba cualquier cosa, menos que repentinamente se abalanzara hacia él para envolver sus brazos alrededor en un fuerte abrazo.

Por su parte, Jungkook sintió tranquilidad total por primera vez desde que había despertado esa mañana, porque Taehyung estaba ahí. Estaba tan aliviado y feliz. Había tenido un día realmente extraño, y lo único que había querido era verlo. Además, sabía que con su mejor amigo allí, podría resolver lo que fuera que le hubiera sucedido.

Encontrarían una explicación juntos, porque Taehyung era listo, y siempre tenía una solución, pero quizás, de haber sido más atento y perspicaz, Jungkook se habría percatado de que su abrazo era... unilateral, porque Taehyung se tambaleó torpemente hacia atrás, y sus brazos quedaron incómodamente extendidos a los lados de su cuerpo, sin saber cómo reaccionar a causa del abrazo.

—... Pasa.

Jungkook se apartó él, aun sonriendo y entró al departamento sin dudarlo, fascinándose inmediatamente por la cantidad de fotografías de distintos tamaños en las paredes, mayormente de paisajes. Era algo de esperarse por parte de Taehyung, pero no dejaba de ser increíble.

Recordaba perfectamente las ocasiones en que era arrastrado al parque del vecindario simplemente por la necesidad de su mejor amigo de tomar fotografías de los árboles y las flores con su pequeña cámara polaroid. ¡La última vez había sido hacia una semana! O bueno... Una semana y algunos años.

Taehyung se quedó unos tres segundos en su entrada, procesando lo que acababa de pasar, antes de cerrar la puerta lentamente y seguir a Jungkook hasta la sala, tratando de disimular su desconcierto de... tenerlo allí, básicamente.

— Tu departamento es genial. — mencionó Jungkook, observando asombrado las demás paredes. — ¿Eres fotógrafo?

— Uhm, sí. Tengo trabajos de vez en cuando. — respondió, manteniendo su distancia. — Me ayuda con la renta.

Jungkook asintió, comprendiendo, con sus ojos fijos en una bonita fotografía que lucía como una portada de película, y Taehyung, bastante incomodo, y sin ver manera de seguir la conversación, se decidió por preguntar directamente.

— Oye, Jungkook. — llamó su atención. — Qué... ¿Por qué estás aquí exactamente?

— Oh. Cierto. — suspiró, volteando a verlo, y pensó que, si era Taehyung, lograría entenderlo sin importar como lo explicara. — Pasó algo muy extraño.

— Extraño. — repitió.

— Sí, porque fue mi cumpleaños.

— Oh. Uhm, feliz... cumpleaños.— dudó.

— No es eso lo importante. — caminó por la sala, frunciendo el entrecejo y tratando de recordar sus pasos previos a despertar, casi hablando en murmullos. — Es decir... Cumplí trece años ayer, ¿cierto?

— Uhm...

— Pero entonces, esta mañana me despierto, y soy esto. — hizo un ademán hacia sí mismo, antes de mirarlo. — Y ahora tú eres... eso. — lo señaló. Era un adulto, como él. También era atractivo, y más alto. ¿Por qué debía ser más alto de lo que Jungkook era? — ¿Entiendes?

𝐕𝐈𝐄𝐍𝐍𝐀 ➻ «ᴛᴀᴇᴋᴏᴏᴋ»Where stories live. Discover now