➻ 39

327 46 42
                                    

Jungkook tal vez debió pensar en la posibilidad de que las fuerzas del universo, el destino o lo que fuere, pusieran a Yoongi en su camino en algún momento de su vida del mismo modo en que había sucedido con Hoseok, pero realmente jamás se lo esperó y mucho menos en circunstancias como la actual.

Con sus emociones previas siendo un torbellino, sumado a la ahora incredulidad de estar frente a su (¿antiguo?) mejor amigo, se sentía un poco abrumado, y tal vez perdido, porque realmente verlo allí hizo que le dieran tantas ganas de abrazarlo con fuerza que apenas podía mantenerse en su sitio, decir algo como "¡Hyung, no tienes idea de todo lo que sucedió mientras no estabas! ¿Dónde estuviste todo este tiempo? ¿Cómo pudiste no estar aquí conmigo? ¿Tienes idea de lo mucho que te extrañaba?", pero sabía que eso podría arruinar todo porque Yoongi no se veía especialmente adepto a los abrazos justo ahora, y mucho menos luego de haberle dado una paliza a un tipo mucho más grande que él.

— ¿No me escuchaste? — tuvo que salir de su ensoñación cuando el mayor volvió a hablar. — ¿Por qué demonios te me quedas viendo?

Jungkook no estaba acostumbrado a una actitud tan defensivo-agresiva, y mucho menos de Yoongi, por lo cual simplemente suspiró, tranquilizando su corazón alocado, y acomodando velozmente sus ideas antes de hablar.

— Tal vez porque te ves terrible. — fue la mejor respuesta que pudo formular. — ¿Te encuentras bien?

Yoongi resopló: — Oh, fantástico. Jamás estuve mejor. — huh, así que esta era la clase de actitud que tenía a los veinte. —¿Alguna otra obvia pregunta?

Jungkook no se molestó en responderle.

Yoongi veía casi idéntico a lo que recordaba, aunque sólo en lo que respectaba a sus rasgos faciales, porque el resto sí era un tanto diferente: Era tal vez un poco más delgado, y su cabello rubio ceniza era ahora negro, y un poco más largo de lo que recordaba. Estaba usando pantalones rasgados, una camiseta sin mangas de color negro y una chaqueta color verde militar que se deslizaba y dejaba expuesto uno de sus hombros. Su labio inferior sangraba un poco, por lo cual debía estar roto. Tenía un rasguño en el pómulo izquierdo, otro en la ceja y unos pequeños hematomas rodeando esa zona, y...

Cielos, se veía como el maldito estereotipo de un chico malo, de esos que se veían en las películas y por los que las chicas se desfallecen.

El (ahora) pelinegro hizo una ligera mueca cuando Jungkook no le respondió, y no parecía tener interés alguno en él, de manera que simplemente rebuscó en su chaqueta hasta dar con un paquete de cigarrillos, recargándose en la pared del lugar antes de encender uno y dar una fuerte calada, todo bajo la mirada un poco más disimulada del menor.

Jungkook arrugó ligeramente la nariz ante el aroma tan desagradable, y fingió estar escribiendo un mensaje en su teléfono mientras su cabeza intentaba maquinar una estrategia de último minuto ante la increíble oportunidad frente a él.

No tenía idea de cómo entablar una conversación con Yoongi.

El mayor se veía mucho más reservado de lo que recordaba y estaba en sus veinte años, la edad donde, según sus propias palabras, era un desastre difícil de manejar. No se veía nada como el chico que él tanto recordaba con cariño, pero realmente dudaba de que fuera tan terrible. Estaba seguro de que su hyung estaba ahí, sólo tenía que darle un empujoncito, porque, sinceramente, Jungkook se había imaginado algo peor.

Bueno, Yoongi no parecía estar especialmente ebrio, aunque era claro que había bebido un poco, pero sí era notoria su delgadez a comparación al adulto que él recordaba, y tenía una expresión algo agotada en su rostro. Jungkook realmente tuvo deseos de preguntarle al respecto (¿Estás bien? ¿Has comido algo? ¿La universidad es muy difícil? ¿Estás cansado? ¿Puedo hacer algo para ayudarte?) pero tampoco estaba seguro de cómo hacer eso sin parecer un bicho raro, y deseó poder tener un plan.

𝐕𝐈𝐄𝐍𝐍𝐀 ➻ «ᴛᴀᴇᴋᴏᴏᴋ»Where stories live. Discover now