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Caminando por el pasillo de la escuela entre el bullicio usual de los demás estudiantes, Jungkook contempló horrorizado su rostro en la fotografía escolar: sus ojos no miraban a la cámara, y su boca estaba formada en una mueca rara que no le favorecía en nada, y consideró seriamente mudarse del país apenas recibió la foto escolar.

Era desastroso.

Recordó con pesadez el momento de la foto, aquella luz rara y brillante con la que le apuntaban, la voz gangosa del fotógrafo que seguía diciendo mal su nombre y hablaba sin parar, pero cuando Jungkook lo corrigió, quizás por quinta vez, el señor simplemente apretó el botón y el flash lo deslumbró.

Resultado: la peor foto del mundo, y Jungkook prefería acabar con su vida en sus cortos y recién cumplidos trece años, antes que dejar que esa fotografía viera la luz del día, o siquiera las páginas del anuario escolar.

Mientras planeaba mentalmente su fuga del país (o quizás del continente) sintió de pronto un brazo rodeando sus hombros, y su cuerpo se tensó por la sorpresa, abrazando a su pecho la fotografía escolar para evitar que cualquier otro la viera, pero apenas reconoció de quien se trataba, se relajó de inmediato.

— ¡Sonríe! — Taehyung colocó su cámara frente a ellos con una gran sonrisa.

Jungkook curvó sus labios en una leve y un tanto incomoda sonrisa, oyendo en segundos el sonido de "click" y sintiendo como Taehyung se apartaba de él, sonriendo en grande, antes de volver a apuntar hacia él, por lo cual le dio la espalda.

— No más fotos. — Había tenido suficiente con una.

— Vamos, ¿qué sucede con esa actitud? ¡Es tu cumpleaños! — Taehyung le dio un empujoncito antes de que se apartaran a uno de los lados del pasillo, y volvió a revisar la foto en su cámara. — ¿No crees que es importante guardar recuerdos de este momento tan importante?

Jungkook negó con la cabeza, pero sonrió de todos modos al ver el entusiasmo en el rostro del castaño, como siempre que tomaba una foto que le gustaba.

— Entre tú y mis padres, podría tener mi propia película biográfica para la próxima semana. — masculló, pensando en todos los álbumes de fotos que tenían en casa y, si las fotos allí eran al menos un poco parecidas a las de ese día, Jungkook no quería saber absolutamente nada de ellas.

— ¿Esa es tu foto escolar? — Taehyung le prestó atención a lo que Jungkook abrazaba a su pecho, y acomodó sus gruesas gafas sobre el puente de su nariz. — ¿Cómo salió? Aún no he ido por la mía.

— ¿Tú qué crees? — asegurándose de que no pudiera ser vista por nadie más, Jungkook la despegó de su pecho para enseñarla.

Taehyung alzó ambas cejas ante la foto, y ahogó una risa que trató de disimular con una tos mal fingida. Jungkook no lo culpaba.

Si no fuera una foto de él, también se reiría. Además, Taehyung y él habían sido los mejores amigos y vecinos lado a lado desde los tres años, así que su amistad no tenía barreras. Hacían todo juntos, incluso reírse uno del otro.

— ¿Qué sucedió? — preguntó sonriendo, y conteniéndose de reír, porque sabía lo importante que era la foto escolar para su mejor amigo. — ¿Viste a Iron Man volando a través del gimnasio antes de que la tomaran?

— Culpa al fotógrafo. Seguía diciendo mal mi nombre y tardó una eternidad sólo para tomarla en el peor momento. — masculló molesto, antes de esconderla por definitiva dentro de su mochila. — ¿Por qué no pudiste tomar tú esas fotos? Eres capaz de hacer que hasta un vendedor de salchichas en un parque sea vea como un modelo de revista.

𝐕𝐈𝐄𝐍𝐍𝐀 ➻ «ᴛᴀᴇᴋᴏᴏᴋ»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora