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Al pasar por la sala y teniendo una vista de la entrada, Yoongi observó a Gureum sentado en la puerta como una estatua.

Era como una rutina. Sólo se movía para comer, tomar agua, y esa mañana para caminar cuando Yoongi lo sacó de paseo en caso de que necesitara hacer sus necesidades, pero apenas llegaron, volvió a plantarse allí.

— Ya olvídalo, orejudo. — le dijo, como si el can fuera a entenderlo. — Estás estancado conmigo un par de días.

Gureum giró la cabeza para verlo durante unos segundos, antes de regresar su atención a la puerta, como si en cualquier segundo Jungkook fuera a abrirla y recibirlo con los brazos abiertos.

Yoongi resopló, sintiendo su estrés aumentar de sólo pensar en Jungkook, y tratando de no inquietarse por ello.

Luego de oír por parte de Taehyung que se había ido, pensó que darle algo de tiempo a solas como había pedido sería lo correcto, pero no esperaba despertar esa mañana y encontrar una nota bajo su puerta que dijera: "Saldré de la ciudad durante el fin de semana. Por favor, cuida de Gureum."

"Cuida de Gureum" seis demonios. Claro que cuidaría a Gureum, porque era un buen amigo, pero, ¿en qué demonios pensaba Jungkook al fugarse como si fuera alguna clase de película?

Yoongi no iba a juzgarlo por los asuntos de su vida privada (bueno, quizás un poco, tal vez) pero luego de ver aquella mirada de cachorro apaleado, sólo estaba preocupado, y tener amigos en serio apestaba, porque luego hacían cosas como irse de la ciudad repentinamente y causarle una preocupación de horas.

Diablos, incluso había dejado la estúpida fiesta la noche anterior.

Apenas supo que Jungkook se había ido, su instinto de nuevo, pero buen, amigo le había dicho que lo mejor sería ir tras él, asegurarse de que... bueno, no de que estuviera bien, porque era muy claro que no lo estaba, pero al menos... que no saltara frente a un auto en algún ataque extraño de desespero, porque Jungkook se había visto tan desesperado y abrumado por aquel imbécil que Yoongi estuvo casi dispuesto a buscar en toda la fiesta hasta encontrarlo y acomodarle algunos órganos a golpes.

En cambio, salió del lugar y trató de llamar a Jungkook unas siete veces, pero el teléfono estaba apagado, y fue entonces que comenzó a preocuparse aun más. Sabía que lo más probable era que hubiera regresado a su departamento, porque Jungkook no era la clase de persona que entraría a un bar a emborracharse o algo así (bueno, al menos, estaba casi seguro) pero el sentimiento de impotencia que tuvo Yoongi por no poder hacer algo al respecto fue lo que comenzó a ponerlo más ansioso.

No sabía si era patético que un adulto se sintiera de esa manera, pero sabía que no era patético preocuparse por su amigo, y cielos, a ese punto Jungkook se sentía más como un hermano pequeño que un amigo, porque todo él era tan... genuino, y torpe, algo infantil, pero real, y genial.

Jungkook siempre escuchaba todo lo que Yoongi tuviera para decir, y lo hacía con interés, e incluso siempre le daba consejos sin experiencia alguna, pero estaba ahí para él, y Yoongi... Yoongi estaba en medio de una calle, sin saber cómo ayudar a Jungkook.

Era un pésimo amigo, y el estrés de la situación comenzaba a subirle por la garganta con una intensidad mayor a la que había sentido antes. Sentía el tic en su pierna, como siempre que estaba ansioso, y una necesidad imperiosa por nublar aquella sensación de algún modo.

La idea de fumar cruzó su mente, y se quedó allí por más tiempo del que le gustaría admitir, pero entonces sintió como lo tomaban del brazo, y giró la cabeza para toparse con Jimin, mostrándose preocupado.

— ¿Estás bien?

Yoongi parpadeó suavemente, preguntándose si estaba bien.

— ¿No deberías estar con Taehyung?

𝐕𝐈𝐄𝐍𝐍𝐀 ➻ «ᴛᴀᴇᴋᴏᴏᴋ»Where stories live. Discover now