𝐕𝐈𝐄𝐍𝐍𝐀 ➻ «ᴛᴀᴇᴋᴏᴏᴋ»

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Jungkook comenzaba a considerar seriamente la idea de escribir un libro de ficción con sus vivencias, porque tal vez todo lo que había aprendido, gracias a la imposible circunstancia de un viaje temporal que sirvió como lección al darle una vista del camino que tomaría su vida en caso de tomar decisiones erróneas, podría ayudar a alguna otra persona, o al menos hacerla considerar lo suficiente cosas que quizás parecían insignificantes cuando realmente no lo eran.

Entonces, sí. La vida jamás descansaba de las dificultades, aunque no siempre debían ser algo exclusivamente malo. En ocasiones, los pequeños obstáculos que se presentaban en el camino acababan siendo un bien mayor, y eso era genial, y sentía que tenía la suficiente experiencia para afrontar los retos que vendrían.

Luego entendió que jamás dejaría de aprender, porque prontamente tuvo que afrontar el hecho de que, sin importar que tanto esfuerzo o predisposición tuviera, había unos ciertos obstáculos o asuntos en los que no podría tener un control total, debido a que no lo afectaba directamente, sino a personas cercanas a él.

Su más claro ejemplo era Min Yoongi.

Tener a Yoongi en su vida nuevamente era genial. No podría decir que era idéntico a lo que recordaba, porque no lo era, debido a las circunstancias, pero hablaba con él por mensajes casi todos los días y poco a poco comenzó a tener esa sensación de cómoda familiaridad, al punto de que, en ocasiones, sentía que era igual al hyung que él solía conocer, pero...

Quizás simplemente estaba siendo joven y estúpido, pero había algo más... pesado en Yoongi ahora, y no en un muy buen sentido.

Jungkook se percató mucho más de eso cuando lo visitó un lunes en la florería, como una sorpresa de pasada, porque ese día se habían suspendido las clases, y estaba de camino a buscar a Taehyung para ir a una exposición de arte al que quería ir, pero lo que vio al entrar fue al Yoongi con su uniforme de trabajo, y un enorme ojo morado.

— Debiste ver cómo quedó el otro imbécil. — había dicho el mayor, sin darle mucha importancia.

Aunque Jungkook había escuchado, hace mucho tiempo, acerca de esas tendencias a pelear, no era lo mismo tener que ver las consecuencias. Además, hubo un par de problemas (no especialmente suyos) que Jungkook debió enfrentar en los siguientes meses:

Número uno: Yoongi tenía la tendencia a beber y fumar demasiado cuando se estresaba.

Bien, de acuerdo, no era particularmente su problema. Yoongi no parecía tener una cuestión de dependencia con la bebida, y no era como si bebiera descontroladamente a cada oportunidad que tenía al igual que los alcohólicos de la televisión. Sólo bebía los fines de semana, cuando salía (o algunos días de semana, cuando estaba muy estresado) pero no parecía afectarle académicamente, ni tampoco llegaba tarde al trabajo o se comportaba mal con nadie o... Nadie que realmente no lo mereciera, como sea.

Todo era bastante complicado, porque haber oído de boca del mismo Yoongi acerca de aquella época gris en su vida, no era lo mismo que tener que presenciarla, y en momentos, lidiar con ella, y en ocasiones se encontraba a sí mismo intentando defenderlo a toda costa.

Jungkook sabía que Yoongi era un gran estudiante. Se esforzaba por serlo porque estaba dedicado a su carrera, y eso le daba el impulso o la necesidad de querer ser el mejor, pero era eso mismo lo que hacía que se presionara a sí mismo, lo cual llevaba a estresarse y, por ende, a fumar más. Eso lo hacía fácilmente irritable, pero no con Jungkook, o una persona cercana, sino con cualquier ser externo que se cruzara en su camino y detectara un desconocido. Explicaba las múltiples discusiones que tenía con frecuencia.

Por un lado, Jungkook pensaba que podría ayudarlo a entender que ese no era un buen estilo de vida, con la paciencia y tiempo que se requirieran, aunque seguramente Yoongi lo entendería por sí mismo, como había sucedido alguna vez, así que, ¿quizás simplemente debía esperar y ya? ¿Debía no intervenir y dejar que la vida y el destino hicieran lo suyo, esperando lo mejor? Realmente no estaba seguro.