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Una vez que estuvo de regreso en su departamento, Taehyung observó aquella servilleta con una dirección anotada algo más de tiempo del que le gustaría admitir, preguntándose por qué no podía simplemente olvidarse del acontecimiento tan extraño de ese día.

No era como si realmente estuviera considerando la idea de asistir a una fiesta sólo porque Jungkook, el mismo Jungkook que no había visto en años, de repente hubiera aparecido en su puerta para actuar extraño y amigable.

Taehyung no era la clase de persona que guardaba rencor, y agradecía el gesto amable, pero la verdad era que no tenía mucho sentido que asistiera. No había amigos o intereses en común entre ambos, y para sentir que no encajaba en un lugar ya había tenido años de experiencia en la secundaria.

— Yo creo que es un adicto. — opinó Jimin, cruzado de piernas sobre el sofá con un pote pequeño de helado. — Quizás su vida tuvo algún problema, o algo parecido, y tuvo que recurrir a las adicciones.

Taehyung se sentó a su lado. — A mí me pareció que estaba yéndole bastante bien. Su departamento parecía salido de una película.

— No creo que le esté yendo del todo bien si aparece en tu puerta, y además alucinando. — respondió sin dudar, antes de apuntarlo con la cuchara

— Lo sé, pero... Él sólo... — frunció ligeramente el entrecejo. — Se veía muy confundido.

— ¿Por qué no lo llevaste al hospital?

— No le gustan los hospitales.

— ¿Qué edad tiene? ¿Seis?

— Tiene nuestra edad, y fuera de eso... Creo que estaba bastante bien cuando me fui. — se llevó otro poco de helado a la boca. — Feliz por una fiesta que tendrá esta noche, así que se acabó el problema.

— ¿Estás seguro? Porque tienes... esa cara.

— ¿Cuál cara? Esta es mi cara.

— Aún pareces preocupado, o... no lo sé, como si algo te estuviera molestando. — comentó, encogiéndose de hombros.

Taehyung miró su pote de helado con una mueca, porque detestaba que Jimin lo conociera tan bien. Sí, algo le estaba molestando, pero no estaba seguro de qué era exactamente.

— Bueno, no te culpo. — siguió diciendo Jimin. — Yo también lo estaría si alguien aparece en mi puerta diciendo locuras y luego presumiendo una fiesta.

— Jamás hizo eso. — aclaró sin dudar. — Él me invitó, en realidad.

— Oh, eso es mejor. — volvió a estirarse. — ¿Y por qué no vas?

— ¿Estás loco?

— ¿Qué tiene de malo? Así podrías asegurarte de que esté bien y no tendrás que preocuparte más por él. — se encogió de hombros. — Tienes la tendencia a preocuparte demasiado los demás.

— Pues lamento que mis padres me criaran con tan buenos valores. — se defendió, haciéndolo reír.

— Creo que ver a ese chico hoy te trajo algo de nostalgia, y por eso estás actuando así.

Taehyung estuvo a punto de replicar, pero... sí, eso tenía bastante sentido. Quizás sólo estaba confundido por el hecho de que Jungkook tocara a su puerta luego de tanto tiempo, dirigiéndole la palabra, y actuando de esa manera extraña, como...

Como si fuera el mismo de cuando eran niños.

Quizás verlo en un lugar de su clase, en una fiesta, rodeado de gente importante en una de esas fiestas, sería suficiente para demostrarse a sí mismo que lo de esa mañana había sido una simple confusión y coincidencia que no pasaría a mayores.

𝐕𝐈𝐄𝐍𝐍𝐀 ➻ «ᴛᴀᴇᴋᴏᴏᴋ»Where stories live. Discover now