Capítulo 27: Un ligero ajuste.

525 37 41
                                    

Cualquiera que tuviera la oportunidad de observar de serca al par de hermanos Uchiha, podría describirlos como:... “distantes”, a simple vista eso parecían, sin embargo, la realidad era absolutamente otra, pero nadie podía culpar a quien pensara eso, pues incluso sus propios padres, Uchiha Mikoto y Uchiha Fugaku, pensaban que ellos no tenían nada que ver entre sí; para ellos, sus hijos eran polos opuestos, ambos eran calmados y serios, pero uno era obediente, inteligente y calculador, el otro, solo era un adolescente infantil, que necesitaba ser corregido con un matrimonio, tal vez la responsabilidad de manejar su propio hogar lo haría madurar de una vez por todas, eso pensaban ellos... Aunque la realidad era que: mientras el matrimonio Uchiha se concentraba en corregir a su hijo menor, el mayor podía hacer lo que quisiera, siempre y cuando, su padre no estuviera muy serca, prácticamente su hermanito era la “distracción”, mientras el fingía trabajar, cuando en realidad estaba haciendo algunas cosas turbias, claro que no perjudiciales, después de todo, si la empresa Uchiha caía, también él caería. Y se podía dar el lujo de ser así de malicioso, disfrazado bajo esa máscara de hijo perfecto, gracias a su hermanito, aunque él se llevaba la peor parte, los regaños, castigos, decepciones, estrés... Compromisos forzados... Y eso a Itachi no le gustaba. Pero mientras su hermano quisiera continuar con esa red de mentiras, él sería su cómplice, y si el “pequeño Sasuke” decidía acabar con todo, él también estaría ahí para apoyarlo, si con eso podía verlo sonreír de felicidad, Itachi estaba dispuesto a seguirlo...
Mientras que para el Uchiha menor: preocuparse por lo que sus padres pensaran de él, solo era una pérdida de tiempo, él no estaba dispuesto a rendir cuentas con nadie, pero todo se había vuelto más complicado de lo que alguna vez pensó, era hora de mostrar quien realmente era, hablar con la verdad.
Odiaba cuando las cosas no salían como él esperaba, hacerle entender a aquel alfa arrogante y horrible que se hacía llamar su padre, que él no era realmente un mal hijo, un malcriado consentido como lo aparentaba, iba a ser difícil, pero iba a enfrentar a Fugaku directamente, y pese a que no estaba de verdad preparado, su orgullo Uchiha era lo que lo reconfortaba en ese momento, también le ayudaba saber que su hermano mayor se encontraba ahí, junto a él, pero él saber que hacía eso por la persona que amaba era lo que más lo fortalecía.

—¿Estás seguro de que no quieres que entre contigo?— Cuestionó Itachi con preocupación, observando a su hermano menor, mientras ambos caminaban por el largo pasillo que conducía hacia la oficina del director en jefe de la compañía Uchiha, Fugaku Uchiha.

—No, estaré bien... No es como si vaya a hacerme algo, y después de todo: terminará llamándote cuando le diga quien hacía el trabajo que nos daba— Respondió el cuervo, viéndose tranquilo pese a que realmente no sabía bien que debía hacer, o decir frente a su padre.

—Supongo que si... Entonces me mantendré serca— Dijo el mayor en un suspiro, apenas podía ocultar su preocupación, su hermano menor era sin duda fuerte, pero a comparación de su padre, había una clara diferencia, ninguno de los dos podía predecir como iba a reaccionar Fugaku cuando supiera lo que había estado pasando.
Ambos azabaches se detuvieron a cierta distancia de la puerta que daba hacia aquella oficina, se miraron mutuamente sin decir nada, el moreno retomó su caminata, dando unos cuantos toques a la puerta para después abrirla con cautela, y finalmente entró dejando atrás a su hermano mayor, quien solo podía desearle suerte durante esos minutos que estaría a solas con su padre; Este observó con un hilo de curiosidad a su hijo más joven, entrando a su oficina sin antes avisar que iría a verlo.

—¿Sucede algo?— Cuestionó sin sonar interesado, solo continuó con su vista fija en los documentos sobre su escritorio, el cuervo se paró firme delante, intentando tomar todo con calma.

—Vine a hablarte de algo importante...— Dijo con seriedad, justo después frunció el ceño y apretó sus puños con impotencia, pues nuevamente el alfa mayor parecia no prestarle atención.

Efímero (EN PAUSA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora