Capítulo 25: Ese bello omega.

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—Aah~ Sasu-ah, par-ahk!— Gemía el rubio menor con su cuerpo entumido y pegajoso, retorsiendose excitado, mientras el azabache lo observaba atento, con incomodidad, mirando como intentaba limpiar sus lágrimas inútilmente, entre sollozos, entonces el cuervo movió su cadera, empujando.

—¡No~ De-tente!— Exclamó, intentando evitar que el moreno continuara moviéndose.

—Tranquilo...— Susurró, besando tiernamente su mano, tratando de calmarlo.

—¿Te estoy lastimando mucho?— Cuestionó el cuervo con preocupación, el menor negó con la cabeza lentamente, aunque sus ojos cristalizados dijeran lo contrario, el ojinegro se acomodó de nuevo, retomando sus empujes, obligándose a ir un poco más suave, esperando que el kitsune se acostumbrara a él, esperando que el placer hiciera su trabajo: hacer olvidar al menor el dolor, pero en definitiva eso no pasaría, ni el placero la lujuria harían que el rubio dejara de llorar, pues no era su cuerpo lo que dolía, era su corazón.
Con fuerza enredó sus piernas al rededor de la cadera del moreno, inmovilizandolo, este se crispó, mordiendo su labio con una mueca de dolor.

—¿Po-por qué... No lo dices?...— Preguntó el kitsune, abrazándose con fuerza del cuello del pelinegro, este esbozó una mueca de confusión.

—¿Qué?..— Preguntó prestando atención a la mueca de profunda tristeza y desesperación del rubio, más lágrimas salían de sus ojos, demostrando lo mucho que le estaba lastimando continuar con aquella mentira.

—¿Por qué no dices... Que me amas?— Preguntó susurrando sorpresivamente, dejando atónito al Uchiha, sin saber que podía responder ante eso, aquellos hermosos y brillantes ojos azules le pedían una respuesta, mientras las lágrimas continuaban cayendo y el dolor aumentaba, las palabras se atoraron en su garganta, incapaz de seguir ocultando ese sentimiento que había reprimido, dejó de respirar con su corazón latiendo intensamente, pues no era capaz de darle una respuesta.

 
...
 
 

Abrió sus ojos repentinamente, bañado en un sudor frío, su cuerpo se levantó solo bruscamente, respirando con dificultad, su mente se quedó nublada un momento, mientras aquellas imágenes empezaban a brotar poco a poco, entonces colocó su mano en su pecho, pues su corazón empezó a doler, no conseguía asimilar que pasaba, su vista se puso borrosa y pequeñas gotas se deslizaron por sus mejillas, cayendo sobre las sabanas de su cama... El azabache no entendía que estaba pasando, solo se dió cuenta que estaba llorando, lo cual era imposible, él no lloraba jamás, pero en ese momento estaba tan aturdido que no podía pensar bien, asta que su entrepierna empezó a doler, junto con su erección se dió cuenta que todo aquello había sido solo un sueño, un producto muy vívido de su imaginación.

—Mierda..— Susurró completamente confundido, temblando mientras agachaba la cabeza, sin saber que podía hacer, tratando de calmar su mente y su corazón.

 
  

  

Uchiha Mikoto se miraba al espejo, colocándose un par de aretes costosos de plata y diamantes, perfectamente maquillada con elegancia, portando un vestido corto y ajustado de color morado, resplandeciendo maravillosamente, terminó de ponerse el último toque de su vestuario, un broche para el cabello repleto de piedras preciosas; Uchiha Mikoto estaba lista, se regaló una última sonrisa frente al espejo, para después salir de su habitación yendo hacia la sala principal de la mansión Uchiha, al llegar ahí pudo ver a su hijo menor, quien bajaba las escaleras aún en pijama.

—¡Sasuke!— Llamó ella alegremente, el moreno se detuvo, dándose la vuelta, viendo a su madre dirigiéndose a él.

—Buenos días— Volvió a hablar, parándose frente a su hijo, el cuervo sólo la miró con cansancio, estaba demasiado cansado para siquiera intentar hablar con ella.

Efímero (EN PAUSA) Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang