Capítulo 28: Vainilla y limón.

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Nuevamente el placer inundaba cada nervio de su cuerpo, su sangre hervía con intensidad, no lograba distinguir algo claramente dentro de aquella aula, pues su mirada estaba borrosa, suspiró con suavidad, fijándose en la razón por la que estaba tan excitado: arrodillado frente a él se encontraba el rubio menor, sus delicadas manos sostenían su duro pene, frotándolo con delicadeza, metiéndolo y sacándolo de su boca repetidas veces, causando un distintivo sonido de chapoteo, su lengua se deslizaba de arriba a abajo por su longitud, provocándole ese placer irreal, el Uchiha observó la expresión en el rostro del kitsune, sus ojos cristalizados ante el deseo, su vergüenza siendo expresada por el sonrojo en su rostro, su boca chorreaba saliva y precum como delgados hilos cayendo por su barbilla.

—Ugh..umuh, Sasu~— Balbuceó el rubio, sacando el miembro del cuervo de su boca, relamiendo sus propios labios húmedos, levantando la mirada hacia el alfa parado delante.

—¡Ungk..!— Gruñó este sintiendo un fuerte espasmo en el estómago, colocó su mano sobre la cabeza del menor, haciendo que este tomara su virilidad de nuevo en su boca, sus pálidos pómulos se tornaron rojizos ante tal escena erótica, tiró un poco del cabello rubio, obligando al omega a seguir un ritmo constante, llegando más profundo cada vez, causando gemidos ahogados, el ojinegro despegó su cadera de la mesa tras su espalda, sostuvo la cabeza del menor y comenzó a embestir dentro de su cálida boca, este no podía respirar, pero su cuerpo tembloroso no tenía la fuerza suficiente para detener los violentos movimientos del alfa, este continuaba empujando, asta que no pudo evitar eyacular, jadeando de alivio. Con lentitud fué sacando su miembro, volviendo a recargar su cadera contra la mesa, totalmente cansado, observó al ojiazul; aquella expresión de lujuria, lamiendo sus labios y manos limpiando su esencia mientras lo saboreaba, el pelinegro suavizó su mirada, era la combinación perfecta entre perversión y lindura.

—Naruto...— Susurró, inclinándose para tomar su barbilla, levantando su rostro; el menor lo observó por un momento, después abrió su boca, sacando la lengua lentamente, mostrando que aquel fluido blanco continuaba en su boca, y frente a sus ojos lo tragó, saboreándolo con una pequeña sonrisa pícara, el azabache se apresuró a tomarlo por debajo de sus brazos, levantándolo y forzándolo contra la mesa, capturó sus labios con ferocidad, volviendo a ahogarlo esta vez con su lengua, mordiendo su labio inferior con suavidad, separándose dejando atrás algunos hilos de saliva.

—Lo siento...— Suspiró el Uchiha sobre los labios del menor, disculpándose por su impulso anterior, se escondió en aquel cuello bronceado, dando pequeños besos, el omega jadeó en silencio, mientras su pelvis estaba siendo presionada, con aquella caliente respiración sobre su sensible piel, y aquellas manos traviesas que pronto se movieron por su cuerpo tembloroso, intentando desvestirlo: eso era lo que él hubiese querido, pero en ese momento no podía darse ese lujo.

—Aah.. Para, Sa-suke..— Susurró el rubio, reuniendo el poco autocontrol que pudo encontrar, el moreno lo observó con extrañeza.

—¿Qué sucede? ¿No quieres hacerlo?— Cuestionó confuso, pues la expresión anterior en su rostro le decía lo contrario, el kitsune sonrió nerviosamente.

—Bueno... Ya es tarde, pronto tocarán el timbre...— Susurró el kitsune nuevamente, provocando que el azabache frunciera el ceño, recordando que efectivamente seguían en la escuela, dentro del salón del consejo estudiantil.

—Pudiste negarte desde el principio si querías— Dijo con seriedad, besando su mejilla rojiza.

—No me molestes, de verdad quiero ir al club, ya me hiciste perder las clases— Dijo el kitsune, frunciendo el ceño, incorporándose.

—Puedo hacerte un justificante para que faltes, no afectará nada— Dijo este, deslizando sus manos por la espalda del rubio, terminando en su trasero.

Efímero (EN PAUSA) Where stories live. Discover now