Capítulo 33: Desapercibido.

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Las miradas de todos y cada uno de los miembros del consejo estudiantil estaban sobre él, se sintió incómodo, esperando el momento en el que pudiera irse de ahí, fijó su mirada al frente, mirando al alfa sentado delante, con la mirada baja, leyendo cuidadosamente las hojas que sostenía sobre la mesa: inhaló y exhaló una y otra vez, sintiendo que no podría aguantar ni un minuto más dentro de esa aula; entonces la persona frente a él finalmente dejó caer las hojas sobre la mesa levantando la mirada hacia él, sus ojos oscuros se clavaron en su ser con fervor, pensando que iba a decirle, el menor esbozó una mueca de incomodidad, aquella mirada era suficiente, no necesitaba nada más, suspiró resignado, dando un par de pasos al frente.

—Bien, lo volveré a escribir..— dijo con un tono de clara decepción, inclinándose para tomar los documentos sobre la mesa.

—Ya estás cerca, casi lo tienes..— Continuó él Uchiha con un porte serio, obligándose a no hablar de más, no le gustaba ver esa expresión de tristeza en el rostro de su amante, pero no podía hacer nada más, el discurso que este había escrito era muy bueno, pero le faltaba algo más, un pequeño toque que sólo el rubio sería capaz de darle.

—Sí, eso haré...— Dijo obligándose a hacer una pequeña reverencia, en señal de respeto, dio unos cuantos pasos atrás, evitando las miradas de los demás miembros del consejo, se dió la vuelta y caminó hacia la salida, abandonando el aula, cerrando la puerta tras él, recorriendo el solitario pasillo abrazando el folder plástico en su pecho, se sentía extraño; por primera vez se dio cuenta de que nadie de la escuela (a excepción de un par de personas), sabían de ellos, estando frente al Uchiha y al resto de estudiantes que conformaban el consejo estudiantil; ellos sin saber que sobre la mesa en la que todos trabajaban y debatían, él había sido follado más de una vez por nada más y nada menos que la persona que se sentaba a la cabeza de aquellas reuniones, y con eso, nadie los relacionaba, eran totales desconocidos para todos, simplemente él era quien se encargaría del discurso de fin de año para el presidente del consejo, y nada más. ¿Quien podría sospechar de ellos?..

—¡Dobe!..— Pronto detuvo sus pasos al escuchar la voz del moreno llamandole, se dio la vuelta para encararle en medio del pasillo, esperando hasta que el pelinegro se paró delante de él.

—¿Qué?..— Cuestionó con seriedad, esperando una respuesta mientras el contrario sacaba su celular un momento, observando la pantalla del dispositivo.

—Tu mensaje..— Bajó el celular tras volver a leer el breve texto puesto en el aparato.
“Tengo algo que hacer, me iré solo hoy..”
Observó a los ojos azules que parpadearon un par de veces antes de responder.

—Creí habías dicho que estarías ocupado hoy, así que no quise robarte tiempo— Habló con frialdad, sin darle importancia, el Uchiha no pudo evitar sentirse incómodo, con su silencio y esa actitud, el rubio continuaba reclamándole sus acciones: asintió con calma, ocultando su intranquilidad, entonces el ojiazul se encogió de hombros, tenía planeado salir con Gaara y no quería ser molestado por el cuervo, su amigo necesitaba de él en ese momento, mantener su mente ocupada era su responsabilidad, después de todo sentía que era culpa suya que su amigo estuviese tan triste. Mientras apenas pretendía dar el cuarto paso para alejarse, un agarre fuerte lo detuvo, se inquietó al sentir al ojinegro detrás, aprisionandole entre sus brazos, se mantuvo quieto, tragando saliva pesadamente ante la sorpresa.

—Naruto...— Susurró sobre la piel de su nuca, apenas rozando sus labios provocó que los bellos de todo su cuerpo se erizaran, concentrándose en aquellas manos que pronto bajaron por su torso, buscando a tientas el borde de sus pantalones, un calor familiar se instaló en sus mejillas, temblando un poco cuando sintió ser presionado con más fuerza, y la mano pálida se posaba sobre su muslo derecho, bajando y volviendo a subir, arrancandole un sollozos sacándole de su estupor.

Efímero (EN PAUSA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora