Efímero (EN PAUSA)

Capítulo 4: Extraña sensación.

Timbre: *empieza a sonar*

—Bien chicos.. Hora de irse, no olviden la tarea para el día lunes... Que tengan un buen fin de semana..— Dijo el peliplata a sus estudiantes, los cuales empezaron a agarrar sus cosas para retirarse del aula, después de tanto otra semana había terminado, y era obvio que todos querían descansar.

—¡¡Oigan, oigan, vamos al karaoke!!— Propuso el chico castaño con alegría ante sus amigos.

—Si, vamos, hay que empezar el fin de semana bien..— Dijo la rubia notablemente cansada.

—Por mí está bien...— [Shika]

—De acuerdo, vamos..— [Shino]

Los demás chicos aceptaron la propuesta.

—¿Qué dices Naruto, vamos?— Preguntó el castaño al menor quien terminaba de guardar sus cosas, sonrió ante la invitación, pensó un poco, recordando que su padre estaba trabajando y su madre había salido a una fiesta formal por parte de la empresa ese día, así que podía llegar a la hora que quisiera a su casa...

—Cla... ro...— Dijo el rubio dudando, ya que se acordó de algo.

—Aaah... No puedo.. Hoy iré a hablar con el Comité Estudiantil para arreglar lo de mi entrada al club...— Explicó con algo de tristeza y recordando que quería hacer eso lo más pronto posible.

—¿Ah, en serio?— Dijo el castaño también con algo de tristeza, miró a los demás quienes se encojieron de hombros.

—Tranquilos, vayan ustedes, yo iré la próxima vez...— Les dijo sonriente, asegurando que no importaba.

—Bien, será para la próxima entonses...— Le dijo el castaño sonriendo un poco y ofreciendo su mano para chocarla con el kitsune, este lo hizo, después todos los chicos salieron del salón, charlando entre ellos de lo que harían y como la pasarían, mientras el rubio salió en dirección al lado contrario, a las escaleras para el tercer piso, donde estaba el salón que era del Comité Estudiantil. Tan solo el día anterior había visto a aquel azabache, y por alguna razón se sentía bastante nervioso al pensar en volver a verlo, su estómago comenzaba a revolverse por alguna razón, y en el fondo aquella sensación estaba presente, había planeado ir con la pelirrosa, porque se suponía que ella siempre estaba con aquel chico ya que era su novia, pero por alguna razón la ojijade se había ido temprano ese día, así que estaba solo, caminando por aquellos pasillos donde ya no había nadie, leía los carteles que estaban puestos en la parte superior de la puerta de cada salón, asta que por fin encontró ese que decía “Comité Estudiantil”, algo nervioso dio un par de toques suaves a la puerta, se quedó quieto, nada se escuchaba al otro lado, estaba en total silencio, de nuevo volvió a tocar con un poco de más fuerza.

—No hay nadie dentro...— Dijo una voz detrás de él, rápidamente se giró en su dirección, se paralizó al ver a aquel chico azabache, aún más cerca que el día anterior, a unos cuantos centímetros, estaba parado sosteniendo en sus manos una pila de libros, sin duda era más alto que él y mantenía una expresión seria, el kitsune solo lo miraba fijamente, sin hacer un solo movimiento, aquella sensación nostálgica regresó a él, al igual que para aquel pelinegro, veía al menor también de una forma ligeramente analítica, viéndolo desde más cerca y percibiendo aquel aroma adictivo, se quedaron viendo durante un rato, sin decir o hacer nada, asta que volvió a pasar aquello una vez más.

—Kuuh...— El kitsune dio un pequeño alarido una vez más, ya que de nuevo algo le dolió.

—Mierda...— Susurró el azabache agarrándose la cabeza ya que también algo hizo punzar su sien, el rubio levantó la mirada, sorprendiendose una vez más por eso, el pelinegro también levantó la mirada notablemente molesto, caminó al ojiazul, este por inercia se hizo a un lado, entonses el ojinegro sacó unas llaves con algo de dificultad y abrió ese salón, entrando inmediatamente dejando la puerta abierta, el menor tímidamente se asomó, empezando a entrar también algo tímido, el azabache puso los libros que llevaba en una de las tres mesas que estaban en el centro de la habitación, formando casi un cuadrado.