Mago Supremo: Volúmenes 4 y 5

Capítulo 230. Trolls

—¿Quieres decir que no son tus amigos? Eso explicaría muchas cosas. —Phillard dijo mientras se alejaba de la amenaza lo más rápido que podía.

—¡Por supuesto que no son amigos míos! Nunca ha habido trolls en el Bosque de Trawn. Más importante aún, ¿qué diablos son los trolls? —Preguntó Reaper.

Phillard reflexionó un segundo, tratando de recordar correctamente las palabras de Scarlett.

—Los trolls son una de las razas caídas. Una vez fueron criaturas humanoides de gran sabiduría y longevidad. Como nosotros, las bestias mágicas, estaban en sintonía con dos elementos, pero eran los mismos para todos, la luz y la oscuridad.

Al mismo tiempo, como los humanos, podían aprender libremente todo tipo de magia.

—Su mayor punto débil era su baja capacidad reproductiva, ya sabes, para el equilibrio y esas cosas. Eran superiores a nosotros, pero muy pocos en número para expandir su dominio. En algún momento, decidieron resolver su problema con magia.

» Usaron magia de luz para forzar su evolución, pudiendo engendrar más rápido y también aumentando sus habilidades físicas. Primero, fue un gran éxito. Al alterar su fuerza vital con magia de luz, se convirtieron en la raza perfecta.

» Al menos hasta que empezaron a aparecer los efectos secundarios imprevistos. En un par de generaciones, sus hijos estaban enloquecidos desde el nacimiento y plagados de un hambre insaciable. Su sociedad milenaria fue destruida en cuestión de semanas.

—Espera un minuto. ¿Cómo pudieron los niños destruir una civilización en semanas? ¿Por qué sus padres no los mataron? —La idea de que le pudiera pasar lo mismo al Bosque de Trawn aterrorizaba a Reaper.

—¿Eres sordo o qué? - Phillard se burló—. Te lo dije, se reproducen rápido. Los pequeños bastardos pueden alcanzar la madurez en unas pocas horas con suficiente alimento. Son malditamente fuertes y difíciles de matar. La magia de la luz corre desenfrenada en sus cuerpos.

» Se recuperan de cualquier herida en cuestión de segundos. Si les cortas un brazo, en unos minutos tendrás un doble problema. El troll vuelve a crecer la extremidad mientras que la extremidad vuelve a crecer al troll.

» Para empeorar las cosas, todo su cuerpo es una maldita boca. Atacarlos sin un arma significa literalmente lanzarte a sus fauces. Casi me matan dos veces. ¡Por eso quiero mis malditas hachas!

Reaper se detuvo en seco, reuniendo todo lo que Phillard le dijo.

—¿Cuánto tiempo tenemos antes de que invadan el Bosque?

—Una semana, tal vez dos si tenemos suerte. —Phillard reflexionó.

» Depende de la cantidad de comida que encuentren y de lo duro que tengan que luchar por ella. Los bastardos pueden comer cualquier cosa. Carne, frutas, pasto, incluso árboles si tienen mucha hambre. Ahora mismo son apenas una docena, pero mañana  podrían tener 24 y 48 al día siguiente.

—¡Por la Gran Madre, entonces tenemos que actuar ahora! ¿Cuáles son sus puntos débiles? —Reaper tenía un mal presentimiento. Si incluso después de convertirse en un Monstruo Evolucionado Phillard estaba ansioso por huir de ellos, tenía que tener una muy buena razón.

—No muchos. Raza perfecta, ¿recuerdas? Son increíblemente estúpidos, pero con sus habilidades, pueden permitírselo. La magia es casi inútil contra ellos, sólo el fuego y la luz pueden matarlos para siempre. Arden como hierba seca, pero la Jefe Scarlett  siempre usó magia de luz para deshacerse de ellos.

Reaper estaba atónito. Nunca escuchó que la magia de la luz pudiera matar, lo que le hacía imposible entender la táctica de Scarlett. En realidad, era bastante simple, pero el pánico de Reaper lo estaba cegando.