Derek McCoy era un hombre que desde una corta edad tuvo que enfrentar muchas adversidades.
Constantemente forzado a conformarse con sobrevivir en lugar de vivir, finalmente había encontrado su lugar en el mundo, hasta que todo le fue arrebatado una...
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La ceremonia de graduación de cadetes era un evento celebrado no sólo por los nuevos miembros del ejército del Reino Griffon, sino también por sus oficiales al mando.
Encontrar diamantes en bruto y ayudar a los reclutas prometedores a superar sus limitaciones era una de las formas más comunes para que un Sargento de instrucción acumulara méritos. El éxito o el fracaso de sus cadetes podría cambiar sus carreras.
Trion Proudstar todavía se estaba recuperando de su enfrentamiento con Phloria Ernas. Ella había cumplido su palabra. Ni ella ni su familia habían actuado en su contra, pero el ejército no lo perdonó tanto.
Phloria fue considerado uno de los oficiales jóvenes más destacados. Todavía tenía que fallar en una misión importante y la mayoría de los soldados que entrenó se habían convertido en miembros de unidades de élite.
Cuando todavía era cadete, Trion había hecho todo lo posible para que fracasara.
Ahora que sus papeles se habían invertido, todos los éxitos que Phloria lograba lo convertían en objeto de duras reprimendas y miradas despectivas. Para sus superiores, Trion no había reconocido su valor. Cuanto más ascendía en las filas, más grande se volvía la mancha en su expediente personal.
La única fuente de alivio de Trion fue la camaradería de sus compañeros sargentos. Sabían de su hermano y entendían su dolor. La mayoría de ellos provenían de familias desordenadas y cada uno tenía su propia carga.
Cometer un error estúpido no era un problema. Mientras Trion estuviera dispuesto a aprender de ello, tendría todo su apoyo. El final del semestre también significó que finalmente pudieron relajarse y disfrutar de una comida lenta.
El comedor se llenó de voces que contaban las anécdotas más ridículas sobre sus propios cadetes. Los reclutas de primavera se consideraban el peor grupo, ya que generalmente estaba formado por nobles o jóvenes holgazanes que no tenían idea de qué hacer con sus vidas.
—Este cadete que tenía, Revkin, era realmente un trabajo. —Trion estaba bromeando sobre su último éxito—. Duro e indisciplinado, pero un verdadero soldado hasta la médula. Cuanto más le enseñabas, más rápido aprendía ...
Estaba a punto de contarles a sus amigos cómo había recomendado a Revkin para el rango de Cabo de Primera, cuando una extraña sensación se apoderó de su piel. Era casi el final del verano, por lo que el clima aún era cálido, pero Trion sintió un nudo en el estómago.
Era una sensación que nunca había olvidado, como las frías corrientes de aire que asolaban su habitación durante el invierno cuando aún era un niño.
—¿Por qué de repente tan silencioso? —Preguntó Beligros, uno de los amigos más cercanos de Trion cuando lo vio mirar con ansiedad la entrada del comedor.
La respuesta entró por la puerta sólo unos segundos después, vistiendo el verde oscuro de los Rangers y el rango de Teniente Primero en sus mangas.
