Derek McCoy era un hombre que desde una corta edad tuvo que enfrentar muchas adversidades.
Constantemente forzado a conformarse con sobrevivir en lugar de vivir, finalmente había encontrado su lugar en el mundo, hasta que todo le fue arrebatado una...
—Esto es realmente interesante. —Leegaain dijo mientras le mostraba a Milea la escena que se desarrollaba dentro del laboratorio de Scarlett. En el momento en que percibió la anomalía, le pidió a Tyris que compartiera su visión.
—¿Qué significa esto? —Preguntó Milea—. Simplemente está pasando de cian a azul, no es gran cosa. ¿Por qué el pilar de luz? No me pasó a mí.
» Eso es porque eres humana mientras que él no lo es. Lo que me desconcierta es esa luz plateada. Verás, cuando refiné mi núcleo de mana de cian a azul, evolucionando de Salamandra a Drake, produje una columna negra. Tyris generó una blanca y Salaark una roja.
Las palabras del Dragón la dejaron en un estupor.
—Estás diciendo que...
—No, no lo hago. —Leegaain la interrumpió—. Un pilar de diferente color no significa nada hasta que se hayan superado todas las tribulaciones. Lo que estoy diciendo es que un humano nunca logró la Guardianía y, si estoy en lo cierto, nunca lo hará. Porque sea lo que es, él no es humano.
Desde sus respectivos puntos de vista, Salaark y Tyris observaron un enorme pilar de luz plateada que descendía del cielo sobre la posición de Lith. Hasta ese momento, siempre habían descartado su existencia como una rareza. Ahora se despertó su interés.
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Si Lith supiera lo que estaba a punto de suceder, estaría agradecido por estar inconsciente. Cada evolución era siempre más insoportable que las anteriores. Afortunadamente, su cuerpo se refinó junto con su núcleo de mana, haciéndolo más resistente al dolor.
Entonces, cuando sus uñas se cayeron como si fueran empujadas por alicates invisibles, no se despertó. Tampoco lo hizo cuando sus huesos se rompieron o su carne se volvió del revés. Ya había sucedido en el pasado, Solus estaba más preocupada por Nyka que por la condición de Lith.
No sé qué podría pasar si la vampira lo ataca durante el proceso de refinamiento del núcleo. Tal vez debería volver a hacer guardia. Pensó Solus, pero se encontró incapaz de moverse, al igual que todos los demás en la habitación.
El laboratorio de magia que Scarlett la Scorpicore había pedido prestado a Kalla estaba a varios metros bajo tierra, protegido de las influencias externas por algunas de sus mejores matrices. No obstante, el gigantesco pilar de luz plateada que descendía de los cielos pasó a través de ellas como si fueran aire.
Solus había observado el proceso de evolución de las bestias mágicas varias veces y siempre le hacía pensar en un dedo gigante de algún dios que bajaba para dar nueva vida a la criatura en evolución.
Esta vez las cosas fueron de otra manera.
Cuando el pilar de luz del cielo se encontró con el que se originó en Lith, su corazón se marchitó a una velocidad visible a simple vista hasta que se asemejó a una pluma seca gigante. El flujo de sangre se detuvo. La agonía resultante fue tan intensa que Lith se despertó apretándose el pecho.
