Capítulo 7

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No sé realmente qué esté pasando abajo, pero había muchas personas, podía escucharlo, y también escuchaba fuerte y claro los gemidos de las personas que se encontraban en el piso inferior.

— Pero ¿Qué mierda? ¿Se entretienen con orgías?

Encendí mi reproductor, colocándolo a un buen volumen para no escuchar lo que sucedía en la planta baja, no era partidaria del sexo grupal y se me estaba haciendo incómodo escuchar lo que sucedía.

Opté por lanzarme sobre la cama y abrir mi laptop, encendiendo el móvil.

Una pequeña fotografía de mí en bragas faltaba en mi Instagram, de seguro mis seguidores las extrañaban.

"He vuelto. Me he desconectado por un tiempo de las redes sociales"

Puse.

"Estoy reconectándome con mi entorno, buscando refrescantes vistas para mis nuevos cuadros"

Postee y rápidamente el número de seguidores aumentó, los Likes subían y subían, y por arte de magia, el nombre de mamá iluminó mi pantalla.

— Hola doña dolores ¿Cómo te encuentras?

Contestando, bajando un poco a la música para poder escucharle.

— ¡Un mes! ¡No me contestas el móvil en un mes! Pero claro, tienes tiempo para subir tus cochinadas a Instagram.

Reí.

— Yo también te extrañé mamá ¿Cómo va tu cadera?

— ¿Entiendes lo preocupada que me tenías? Estaba a punto de llamar a la policía, pero tu pobre secretaria a la que le reventé el móvil a llamadas, me dijo que te fuiste de vacaciones a un lugar sin señal.

Buena táctica Luka.

— Lo siento mamá, olvidé que debo reportarme contigo cada cinco segundos — sarcástica— entiende que ya no soy una niña, puedo irme de vacaciones sin decirle a nadie y eso no significa que algo me sucedió, es más, creo que no volveré en un largo tiempo, y puede que no te conteste las llamadas porque no me apetece que me controles.

— Eres igual que tu padre — quejándose— tú jamás te enteras de los riesgos que tomas, terminarás igual que él.

— No hables de papá — cortándola— él vivió su vida al máximo, no es culpa de él que unos hijos de puta se le cruzaran en el camino.

— ¡No digas malas palabras!

— Mamá... si me llamaste para discutir, mejor ahorrémonos el mal rato, cortaré ahora.

— ¡Ni se te ocurra!

— Adiós mamá, cuídate, te enviaré dinero ahora.

Corté la llamada y tomé mis documentos en el único bolso con pertenencias mías desde que llegué aquí, depositándole una buena suma de dinero para que pudiera mantenerse, ella dice que no lo necesita, tiene trabajo y una buena pensión para su edad, pero siempre me he sentido más tranquila enviándole parte de lo que gano.

No nos llevaremos bien, pero sigue siendo mi madre.

— Ahora, subiré un par de imágenes del exterior, mi cámara debería poder captar algo a pesar de ser de noche, Alexei siempre tiene el exterior iluminado con grandes faroles.

Abrí las cortinas de par en par, dispuesta a abrir el ventanal para salir al balcón a pesar del horrible frío y el nevazón que caía en el exterior, dos hombres en el jardín levantaron sus cabezas para observarme al ver movimiento. Ambos vestían de negro, palas rígidas en sus hombros, camisa blanca y largas corbatas negras. De su saco deslumbré varias medallas, pero lo que más me sorprendió, fueron sus tétricas sonrisas cuando nuestras miradas se conectaron.

Despiadado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora