Capítulo 37

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Para cuando el General terminó en el culo de Julian, ordenó a una de las chicas tener sexo conmigo, lo que bueno... debo admitir que no se sintió para nada mal, siempre he dicho que, si estoy en mi papel de Liars, prefiero tener sexo con mujeres, es mucho más placentero y con orgasmos múltiples, lo que es... fantástico, porque cada ve que he tenido sexo con Players u Oficiales, no llegué al orgasmo ni una sola vez, esos bastardos egoístas sólo se preocupaban de su placer.

— ¿Dónde lo tienes?

Susurró la Liars infiltrada en mi oído mientras me montaba y movía sus caderas, frotando nuestros clítoris.

— En mi cabeza, está sujetando mi cabello.

Susurré de vuelta, gimiendo alto, para no levantar sospechas.

— Creo que ya está lo suficientemente relajado, está dejando que lo toquen.

Viendo disimuladamente como Julian seguía sobre él, recibiendo su pene, mientras el otro chico le maltrataba el culo.

Dos vergas... vaya Julian... eres increíble, realmente increíble.

— La chica que está sentada en su rostro...

— Mi compañero la entretendrá, la cosa es... ¿Quién lo hará?

Antes de poder procesar la pregunta y decir que yo lo haría, Julian lo apuñaló en el cuello, aprovechando que no podía ver qué estaba sucediendo.

Su risa se hizo escuchar.

— ¡Mierda! ¿Qué hiciste...? ¿Qué hiciste? Nos van a castigar por esto... nos van a castigar...

El chico salió de Julian, comenzando a dar vueltas por la habitación. Desnuda como me encontraba, caminé hasta él, golpeándolo en el rostro.

— Oye, idiota, tranquilo — sujetando su rostro— Nadie va a saber lo que pasó en esta habitación ¿O es que lo vas a contar tú?

— Se van a enterar, nosotros fuimos los últimos en estar aquí, y cuando se enteren... — jalando de sus cabellos— yo debo informar qué pasó, debo informar a La Academia, debo sobrevivir, no quiero ir a ese lugar.

Su compañera salió de la cama, con tranquilidad, yendo hacia su compañero.

— No eres tonto Havel, nos dimos cuenta que los Oficiales desaparecieron poco a poco, sin ellos por aquí, nadie nos delatará, a nadie le interesa lo que suceda con los putos Oficiales o con el enfermo del General.

Señalando su cuerpo inerte.

— ¿Va a estar todo bien?

Reaccionando poco a poco.

Que bien, creí que iba a tener que matarlo.

— Todo estará bien tontito, es mejor de esta manera. Imagínatelo, sin un General, los Oficiales se sentirán perdidos, es una oportunidad.

— Tenemos pensado destruir La Academia de Nueva York — hablé— Nos infiltraremos y destruiremos el lugar, mataremos a cada Oficial que se interponga en nuestros caminos, serán libres — encogiéndome de hombros— ¿Qué dicen? ¿Están dentro?

La chica me observó con ojos brillantes, cargados de expectación.

— Estoy dentro, no es necesario pensarlo, quiero eliminar a esos bastardos, nos han hecho la vida imposible por tres largos años.

— Si Maggie dice que está dentro, yo también — el chico se decidió eh— ¿Qué tenemos que hacer?

— Amigos cercanos ¿Tienen? ¿Reclutados confiables? Necesito que me digan todo lo que puedan, tenemos tres días.

Despiadado.Onde as histórias ganham vida. Descobre agora