No necesita atarme, pero desearía que lo hiciera...
Hace unos meses, si me contaran que sería secuestrada por la mafia rusa, me hubiese reído en sus rostros, pero ahora... demonios, no estoy segura de querer correr lejos de esta organización que se...
¡Es hoy! ¡Es hoy! ¡El día de mi boda por fin es hoy! Y no he visto a Alexei en todo el día, tampoco a Alek, ellos se están cambiando en el salón dónde será nuestra boda, y digamos que alguien misteriosamente cambió mi vestido a uno mucho más costoso, pomposo y elegante, además, no me han dejado sola en todo el día, las chicas me bañaron, vistieron, peinaron y maquillaron, me veía... preciosa.
Mi vestido nuevo tenía corte de corazón y delicados trazos de tela transparente con pequeños brillos sobre mis hombros, la parte superior era un corsé, por lo que mis tetas salían disparadas por la parte superior, viéndose grandotas y redondas las tetas operadas que me gastaba, además... Alexei en esto sí que se pasó, en caso de que él lo haya escogido, tenía incrustaciones de diamantes de diferentes tamaños por todo el corsé, estaba estrangulándome, pero me veía de puta madre, vale el esfuerzo.
La falda caía elegante y extensa, amplia, cubriendo mis altos tacones blancos, la cola era... joder ¿Cuántos metros son? Si la piso, besaré el piso con tanta fuerza que tendría que volver a hacerme la nariz.
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— Señora, se ve usted preciosa.
Observándome las chicas a través del espejo enorme en la pared.
— Me encanta, debo decir que me encanta — esperando a que colocaran el velo, igual de extenso que mi cola— ¿Quién lo eligió? No es el que pedí cuando estaba en Nueva York.
— Fui yo señora.
Charlie entró al cuarto vistiendo su vestido de fiesta, negro, de seda, con un bonito lazo en la cintura, un escote en V que se le veía de puta madre, y con su cabello suelto...
— ¡Madre mía! ¡Que guapa estás!
— Eso debería decirlo yo señora, se ve muy guapa, estoy segura de que usted y el señor serán muy felices.
— Esto en parte te lo debo a ti Charlie — acercándome a ella, tomando sus manos— Me ayudaste mucho cuando llegué a esta casa, por esa razón, quiero que hoy seas mi dama de honor.
— Señora — secó sus lágrimas, sonriendo— Claro que sí, sería un honor para mí.
— Ya estamos tarde señoritas — Luka asomó su cabeza por la puerta— El señor está perdiendo los estribos en el salón, está nervioso.
Sonreí.
— Ya estamos listas aquí, podemos partir.
Saliendo del cuarto con ayuda de las chicas quienes sujetaban la cola de mi vestido junto con el velo.
— Tu persona favorita ya está criticando los colores y la decoración, dice que es muy simple y que todo hubiese quedado mejor si hubiesen elegido azul rey. Alexei está perdiendo la cabeza por culpa de ella.
Golpee mi frente con la palma extendida, contando hasta veinte para no insultar a mi señora suegra, ella es demasiado insoportable.
— Que me diga a mí que no le gusta la decoración, porque no pienso dejar que me amargue el día, una sola palabra y la saco de mi boda.
