Capítulo 38

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Tal y como fue planeado, dejamos regalitos por todo el piso en el que se nos ordenó habitar mientras era tramitado nuestro regreso a Rusia, todo iba de maravilla, logramos colocarlos todo, almorzamos y regresamos al cuarto con la esperanza de no ser molestados hasta que todos estuvieran en su posición y nosotros lo suficientemente lejos para no sufrir daños por lo que estábamos a punto de hacer, ese era nuestro plan, pero...

— Carne Rusa — sonriendo con malicia— Y yo de tan mal humor... ¿Por qué no me entretienen?

Dando un paso hacia nosotros.

Perfecto...

Es lo único que nos faltaba.

— Claro mi señor ¿Cómo le gustaría que lo hiciéramos?

Colocando mi mejor rostro.

— De rodillas chiquilla rusa — enredando sus dedos en mi cabello, empujándome— Quiero que hagas la mejor mamada de tu vida.

Desabroché su pantalón, maldiciendo a todos sus antepasados.

¿Por qué todos tienen esa maldita manía de tirarme el cabello? Odio que me toquen el maldito cabello, sobre todo estos hijos de puta.

— Y tú — señalando a Julian— Fóllatela mientras me chupa la verga.

Abrí mucho los ojos.

— Mi señor, está prohibido que entre compañeros...

— Me importa una mierda, nadie verá lo que pasa aquí, y ustedes volverán a Rusia, nadie tiene que saberlo — empujando su pene con rabia dentro de mi boca, ahogándome— Ahora, ponte a trabajar.

Alexei maldecía en ruso en mi oído, Cass, Ali y Luke estaban furiosos, maldiciendo en inglés, mientras Julian, sin tener la oportunidad de negarse, me quitó la ropa de cintura hacia abajo, liberó su pene, susurró "Lo siento" en mi oído y me penetró.

Joder...

Creí que podríamos librarnos de esto, Julian no es un mal chico, él es bueno, y esto puede causar que se formen malentendidos entre nosotros, tenemos un montón de trabajo por delante aún...

Y Alexei... joder... Alexei debe estar muy molesto con nosotros ahora mismo, espero que no esté escuchando todo lo que pasa en este momento, porque entre el pene enorme de Julian, mi falta de sexo estos días, y la molestia del Oficial que no me daba tregua ni para respirar, hacía unos sonidos bastante obscenos, esto sería Fantasilandia para pervertidos de poder ver el desastre que están haciendo conmigo ahora.

Ya pasado un rato, el Oficial se aburrió de descargar sus hijos una y otra vez por mi garganta, ahora quería una doble penetración, le pidió a Julian que me inmovilizara mientras tenía su pene dentro, y el asqueroso viejo poco a poco se fue hundiendo en mi interior, sentía dolor, sentía que me desgarraría en cualquier momento, esto es peor a cualquier otra cosa que pudiese haber sentido antes, pero me ayudaba no escuchar a nadie al otro lado de la línea, saber que quizá no estaban escuchando me daba consuelo, a estas alturas, no podía dejar de llorar, Julian no dejaba de susurrar disculpas silenciosas, intentando hacer su mejor trabajo para no lastimarme más de la cuenta, mientras ese animal me usaba como basurero de semen... Dios... hace mucho no pensaba en mí de esa manera, un basurero de semen... otra vez.

El Oficial se fue del cuarto cuando vinieron por nosotros a la hora de la cena, no dijeron nada al ver nuestro deplorable estado, tampoco nos obligaron a ir a comer, tuvieron compasión de nosotros, dejándonos a solas y libres hasta la mañana siguiente, cuando seríamos liberados.

— No creo que puedas hacerlo por tu cuenta ¿Quieres que te ayude a darte un baño?

Estuvimos horas tirados en la cama sin poder mover ni siquiera un musculo, Julian no se apartó en ningún momento, me dejó llorar todo lo que quise hasta que simplemente se me acabaron las lágrimas.

Despiadado.Where stories live. Discover now