Capítulo 13

15.9K 1.1K 711
                                    

Para cuando desperté, unos pequeños y cálidos brazos me rodeaban, la cabeza de Alek seguía apoyada en mi pecho, y a su lado estaba Alexei, despierto, observándonos.

— Lo siento señor... me quedé dormida aquí sin darme cuenta.

Recién levantada debo verme horrible.

Alexei nunca estaba en la cama cuando yo despertaba.

— ¿Crees que sería buena idea llevar a Alek conmigo? ¿De verdad vas a ayudarme?

Entonces sí recuerda la conversación de anoche.

— Si me preguntas, creo que a tu esposa la haría feliz saber que sus dos personas más preciadas están juntas.

— Lamento no hablar antes sobre ella, es que Vania es... un tema complicado para mí.

— Lo entiendo, no te preocupes, no es un tema que me incumba después de todo.

Levantándome con cuidado para no despertar al pequeño.

— Tomaré una ducha — dije— Necesito terminar el cuadro.

— Puedo bañarme contigo.

Más como una afirmación que como una pregunta.

— No, yo... prefiero bañarme sola. Gracias.

Hizo una mueca, asintiendo levemente.

— Mis hombres trajeron ropa para ti, está en el cuarto contiguo.

— Muchas gracias.

Sin ánimos de intercambiar más palabras con él, dejé el cuarto y caminé hacia la puerta de la izquierda, llevándome las bolsas junto a la cama directo al baño para poder cambiarme, tomé una ducha rápida, me puse ropa limpia y bajé las escaleras directo a la sala para seguir con mi obra de arte, declinando cualquier tipo de ofrecimiento, no estaba de ánimos para vino, comida o conversaciones sin sentido, sólo quería terminar e ir a dar una vuelta para despejar mi cabeza.

Alek llegó a mi lado cerca de las diez de la mañana, recién bañado y con una teñida nueva de ropa.

— ¡Tía! Hola — sonriente— dormí muy bien gracias a usted, sus canciones son muy buenas.

Acaricié su cabello, incómoda por la mirada penetrante de Alexei desde la puerta principal de la sala.

— Me alegro mucho de que te gustaran mis canciones, mi mamá solía cantármelas cuando era pequeña.

— ¿Dónde está tu mamá ahora?

Curioso.

— Muy lejos de mí, ella vive en Estados Unidos.

— ¿Y tu papá?

— Mi papá murió hace algún tiempo, lo extraño mucho aún.

— Mi mamá también está muerta, creo que tenemos algo en común.

Sonriente.

— Creo que sí tenemos algo en común cariño — tomando mi pincel— ¿Quieres que te enseñe otra técnica para pintar?

— Creo que aún debería aprender esa técnica del carbón para mis dibujos ¿Puede enseñármela de nuevo?

— Claro, es muy fácil — tomando el carbón que tenía en el atril— tú puedes darle el grosor que quieras a tu línea, también puedes darle diferente profundidad, haciendo sombras en los lugares correctos, como, por ejemplo, el cuello — picando esa zona deli niño, haciéndolo reír— y puedes variar colores, desde gris claro hasta un oscuro negro, todo depende de la fuerza con la que hagas tus trazos.

Despiadado.Where stories live. Discover now