Para cuando desperté, unos pequeños y cálidos brazos me rodeaban, la cabeza de Alek seguía apoyada en mi pecho, y a su lado estaba Alexei, despierto, observándonos.
— Lo siento señor... me quedé dormida aquí sin darme cuenta.
Recién levantada debo verme horrible.
Alexei nunca estaba en la cama cuando yo despertaba.
— ¿Crees que sería buena idea llevar a Alek conmigo? ¿De verdad vas a ayudarme?
Entonces sí recuerda la conversación de anoche.
— Si me preguntas, creo que a tu esposa la haría feliz saber que sus dos personas más preciadas están juntas.
— Lamento no hablar antes sobre ella, es que Vania es... un tema complicado para mí.
— Lo entiendo, no te preocupes, no es un tema que me incumba después de todo.
Levantándome con cuidado para no despertar al pequeño.
— Tomaré una ducha — dije— Necesito terminar el cuadro.
— Puedo bañarme contigo.
Más como una afirmación que como una pregunta.
— No, yo... prefiero bañarme sola. Gracias.
Hizo una mueca, asintiendo levemente.
— Mis hombres trajeron ropa para ti, está en el cuarto contiguo.
— Muchas gracias.
Sin ánimos de intercambiar más palabras con él, dejé el cuarto y caminé hacia la puerta de la izquierda, llevándome las bolsas junto a la cama directo al baño para poder cambiarme, tomé una ducha rápida, me puse ropa limpia y bajé las escaleras directo a la sala para seguir con mi obra de arte, declinando cualquier tipo de ofrecimiento, no estaba de ánimos para vino, comida o conversaciones sin sentido, sólo quería terminar e ir a dar una vuelta para despejar mi cabeza.
Alek llegó a mi lado cerca de las diez de la mañana, recién bañado y con una teñida nueva de ropa.
— ¡Tía! Hola — sonriente— dormí muy bien gracias a usted, sus canciones son muy buenas.
Acaricié su cabello, incómoda por la mirada penetrante de Alexei desde la puerta principal de la sala.
— Me alegro mucho de que te gustaran mis canciones, mi mamá solía cantármelas cuando era pequeña.
— ¿Dónde está tu mamá ahora?
Curioso.
— Muy lejos de mí, ella vive en Estados Unidos.
— ¿Y tu papá?
— Mi papá murió hace algún tiempo, lo extraño mucho aún.
— Mi mamá también está muerta, creo que tenemos algo en común.
Sonriente.
— Creo que sí tenemos algo en común cariño — tomando mi pincel— ¿Quieres que te enseñe otra técnica para pintar?
— Creo que aún debería aprender esa técnica del carbón para mis dibujos ¿Puede enseñármela de nuevo?
— Claro, es muy fácil — tomando el carbón que tenía en el atril— tú puedes darle el grosor que quieras a tu línea, también puedes darle diferente profundidad, haciendo sombras en los lugares correctos, como, por ejemplo, el cuello — picando esa zona deli niño, haciéndolo reír— y puedes variar colores, desde gris claro hasta un oscuro negro, todo depende de la fuerza con la que hagas tus trazos.
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Despiadado.
RomanceNo necesita atarme, pero desearía que lo hiciera... Hace unos meses, si me contaran que sería secuestrada por la mafia rusa, me hubiese reído en sus rostros, pero ahora... demonios, no estoy segura de querer correr lejos de esta organización que se...