Capítulo 25

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Para cuando desperté por el molesto sol que se colaba entre las cortinas, Alexei estaba a mi lado, sujetando mi mano con delicadeza, en su mano libre sostenía un vaso con liquido color ámbar en su interior, y hielos ligeramente flotando sobre este, parecía cansado ¿Qué hace aquí? Dijo que no volvería en algunos días más...

— Es malo beber tan temprano jefe...

— ¿Por qué te lastimaste?

Mi rostro...

Es cierto...

Lo había olvidado...

— Yo... yo... no sé...

— ¿Por qué haces que me preocupe tanto? No soy capaz de alejarme de ti.

Apoyando su frente en mi mano, completamente exhausto.

— Jefe... creo que debería ir con mi mamá unos días, quizá... así podrías descansar un poco más.

— ¿Bromeas? — levantando la cabeza, observándome con molestia— No quiero descansar, quiero que estés bien, que vuelvas a sonreír como lo hacías, que me grites, me insultes y me lances cosas por la cabeza, eso es lo que quiero, que corretees por la casa con mis camisetas, y me retes con tus miradas, yo... yo estoy desesperado Yura, no sé qué hacer para que estés bien, no sé si me estoy equivocando con mis decisiones, no tengo idea de qué hacer para ayudarte.

Mordí la cara interna de mi mejilla, sintiéndome culpable, le estoy causando muchas molestias al jefe...

Incluso se devolvió... por mi culpa...

— Jefe yo... yo estoy bien, no tenías que venir, yo podía esperar un par de días más.

— Bromeas ¿Cierto? — alzando una ceja en mi dirección— ¿Esto es poder esperar?

Deslizando sus dedos con delicadeza por mis mejillas, delineando las marcas que hice con mis uñas ayer.

— Esto fue un arrebato, no es que yo lo haga siempre, no me sentía bien y yo... sólo...

— No puedo dejarte sola, no volveré a dejarte sola, desde ahora, los viajes los hará otra persona, no me moveré de la casa.

— Pero Alexei, no puedes descuidar tus obligaciones.

— Tú eres más importante que cualquier otra obligación. Para eso tengo personas a mi cargo, daré ordenes desde aquí y se acabó.

Hice una mueca sin saber qué responder, en el fondo, sabía que tenía razón, no puedo estar sola.

— Traeré tu desayuno ahora ¿Quieres algo en específico?

Levantándose de la silla.

Solo con observarlo, me daba cuenta de que estaba molesto.

— Preferiría no comer, me duele el estómago.

Suspiró con cansancio.

— Tienes que tomar tus medicinas, no puedo dártelas si no tienes nada en el estómago.

— Un té entonces. Y galletas de arroz.

No quería seguir dándole problemas.

— Bien, volveré de inmediato — se acercó, besando mi frente— superaremos esto cariño, sólo... sólo no me dejes...

Bebió por completo el contenido de su vaso, y salió del cuarto, dejándome sola.

— Mierda...

Alexei no tardó en regresar al cuarto con el carrito de comida, se puso a mi lado, acomodó la mesa y presionó el botón de la cama para sentarme, colocando el desayuno frente a mí.

Despiadado.Where stories live. Discover now