Capítulo 11

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No fui capaz de moverme de dónde él me dejó, no entendía nada joder ¿Por qué me besó? ¿Es que ya no me cree innecesaria?

— Oye, el jefe quiere hablar contigo.

Dijo Alexei entrando nuevamente al cuarto, entregándome el móvil.

Demonios... soy muy consciente de que me estoy sonrojando ahora.

— C-claro...

Tomé el móvil, poniéndolo contra mi oreja.

— H-hola, Arizona al habla.

— Vaya, al parecer, Alexei tenía razón, eres una ratoncita con agallas.

— Si se trata de un amigo del jefe, claro que puedo hacerle un espacio en mi agenda, después de todo, no tengo nada más que hacer.

— Pues bien, señorita de ovarios grandes ¿Qué necesitas para pintar? ¿Puedes estar aquí mañana?

— Le enviaré una lista completa de lo que necesito ¿Qué tan grande quiere el retrato? Puedo llegar mañana temprano para ver el espacio y los colores que necesitaremos ¿Le parece bien?

— Nueve de la mañana, en mi casa, Alexei sabe la dirección.

— Claro señor, estaré ahí.

— Bien, nos vemos mañana entonces señorita Arizona.

— Nos vemos señor.

Entregué el móvil a Alexei y este dejó la habitación otra vez, sin decir nada, sin hacer ni siquiera una mueca.

¿Habrá significado algo para él?

Sin querer darle más vueltas al asunto, tomé una de sus camisetas y mis bragas para vestirme, sequé mi cabello en el cuarto de baño, y para cuando salí, él ya estaba colocando la pizza y las cervezas en las mesas de cama, tenía el Netflix puesto en el televisor, pero ninguna película o serie abierta.

— Esto huele de maravilla —Regresando a mi personalidad habitual— que rápidos son los chicos ¿Ya pensaste en algún género que quieras ver?

— Quedamos en que tú decidirías qué película veríamos.

Subí a la cama cuidadosa de no botar nada, Alexei me siguió, tomando asiento a mi lado.

— Bien, veremos algo de comedia entonces, la protagonista está loca, de verdad loca, se llama "La otra Missy", te partirás de la risa jefe.

No pasaron ni quince minutos de la película cuando las carcajadas de Alexei se hicieron eco por la habitación, nunca lo escuché reír así, tampoco lo he visto relajado, vistiendo pijama, y con el cabello organizado hacia abajo, siempre lo lleva bien peinado con gel para el cabello, se ve hasta más joven y sin preocupaciones.

— ¡Mire esta parte jefe! — sujetando mi estomago mientras reí— Ay demonios... adoro esta película.

— Tienes que pensar en cual película veremos mañana — sonriendo— Nunca vi películas de este género, mañana veamos una que sea como esta.

— ¡A la orden, jefe!

Vimos la película por completo, comimos pizza y bebimos cerveza hasta hartarnos.

Antes de darnos cuenta, las luces estaban apagadas y Alexei me usaba de almohada otra vez, apoyando su cabeza en mi vientre.

— ¿Te duele?

— ¿Qué cosa, jefe?

— Todo lo que te has hecho estos últimos días.

— Los piercings un poco, el tatuaje ya no lo siento, estoy bien.

Despiadado.Where stories live. Discover now