Capítulo 32

8.6K 617 147
                                    

Ahora entendía mejor por qué Alexei no quería que viniera aquí, todo era malditamente ilegal, los tragos, las drogas, peleas clandestinas, carreras, carreras de siamesas, competencia de barras, demonios... por donde veas, todo es peligroso, lleno de chicos sin camiseta, agresivos, sanguinarios, y chicas ligeras de ropa que muy probablemente podrían robarte, golpearte y matarte a la vez.

Definitivamente no es un lugar para novatos.

— ¿Y bien? ¿Asustada?

Luke golpeó mi costado con su codo, mofándose de mí.

— ¿Bromeas? Esto es un parque de diversiones ¿Dónde competimos primero?

Observando con emoción en todas direcciones.

— Conmigo primero, mi compañera, mi tiempo con ella.

Dijo Julian, rodeando mis hombros con su brazo.

— Foto para la posterioridad.

Jeff sacó el móvil, todos nos abrazamos con todos y sacamos un buen montón de fotografías, Cass las envió a mi móvil, así, pude postearla en mis redes sociales, lo pasaría increíble en este lugar.

— ¡Bien guapa, a competir!

— ¡Llévame muchachón!

Subiendo a su motocicleta en el vuelo, lo dejé guiarme hasta las famosas carreras de siamesas, me dejó ver una para no hacer el ridículo, después de todo, todo esto tenía un ritual que todas parecían saberse de memoria.

— ¿Por qué no me dijiste que las chicas aquí se parten la cara con el piso? — Horrorizada al ver esos dos accidentes— Necesito verme guapa para el trabajo o no llamaré la atención del general.

— Cass siempre es mi compañera en esta competencia ¿La ves dañada?

Cargando el peso de su cuerpo en una de sus caderas.

— Yo la veo estupenda.

Viendo su hermosa figura y rostro perfecto.

— Te cuidaré bien, confía en mí.

Colocando ambas manos en mis hombros, observándome directo a los ojos, sin titubear.

— Confío en ti, venga, vamos por esos billetes.

— Esa es mi chica.

Subió a su motocicleta, esperó a que subiera tras él, y arrancó, rumbo a la fila de chicos dispuestos a perder la vida hoy.

¿Cómo es que nadie tiene miedo? Es peligroso.

— ¡Están listos bastardos! — gritó el chico del megáfono— Las reglas son simples, gana el primer bastardo que cruce vivo la meta, los que mueren, los que caen, los que se lastiman... aquí no somos ningún centro comunitario, serán arrastrados fuera de la pista y que pase el siguiente ¿Entendido?

— ¡Sí!

Gritaron todos al unísono, animados.

— No me dejes caer por favor...

Apretando su brazo, susurrándole al oído.

Estaba asustada.

— Nunca. Tú confía en mí. Soy el mejor.

— Confiar en ti, sí, puedo hacer eso, hagámoslo.

— ¡Ahora chicas! A mover el culo.

Rodé los ojos al escucharlo, bajé de la motocicleta y rodeé esta, parando a espaldas de Julian, dándole la espalda.

Despiadado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora