Capítulo 20

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Antes de poder salir del teatro, nos vimos en la obligación de esperar, Alexei debía firmar los contratos de propiedad de Pavel y míos para que se hiciera valida la compra, lo cual, no lo hizo nada de feliz, él insistía en que no quería llevarse a mi compañero, sigue siendo todo un caso intentar llevarlo por el lado bueno.

— Oye... Tu jefe es tal y como lo cuentan en las historias.

Susurró Pavel mientras esperábamos a que firmara.

— ¿De qué hablas? Es un poco impulsivo, pero es muy amable.

Relajada.

— ¿Amable? — observándome como si estuviera loca— Mató a tres personas y probablemente está pensando en cómo deshacerse de mí.

— No sé deshará de ti, ya le dije que te llevara a casa o tendríamos problemas.

— ¿Qué me asegura a mí que seguiré vivo?

— Yo soy tu seguro — acariciando su brazo— tranquilo, saldrá todo bien.

— Las manos...

Amenazó Alexei, observándonos de reojo.

— No estoy haciendo nada.

Respondí.

— No le respondas a tu amo, perra.

Respondió el Oficial frente a Alexei.

— Y ahí va otro...

Escuchando el disparo, me levanté de la silla, sacando la cabeza del cuarto.

— ¿Hay alguien disponible para poder firmar? Estiró la pata el que debía dejarnos salir.

Conociendo la poca paciencia de Alexei, los Oficiales comenzaron a correr de un lugar a otro, temiendo de su reaccionar. Ni siquiera me miraron cuando por fin pudimos salir, teniendo todo el papeleo listo, Alexei tenía tres autos para elegir.

— Tú irás en ese conmigo — tomando mi mano— Vamos a casa.

— No me subo a ningún lugar sin ver que Pavel se suba a uno de los autos.

Cruzándome de brazos.

— Arizona...

Protestó.

— Dijeron que me estaba muerta si decía mi antiguo nombre en voz alta, ahora soy Yura.

— Yura — se corrigió— Sé muy bien que tienes que llegar con él el lunes temprano, no voy a matarlo.

— Más te vale, porque si algo le pasa, no volveré a hablarte.

Rodó los ojos.

— Sube a ese auto — señaló Alexei— Y ni sueñes con que dormirás en el mismo cuarto que mi chica.

Le dijo a Pavel.

— Sí señor.

Articuló un "Gracias Yura" antes de trotar hacia el auto señalado, solo cuando entró, puse un pie fuera de la acera para caminar hacia el auto.

— ¿Dónde están mis modales?

Alexei se quitó el abrigo, cubriéndome con él, cargándome como princesa directo al auto.

— No me di cuenta del frío que hacía... gracias...

Avergonzada, acomodándome en su regazo dentro del auto calefaccionado.

Mis nervios aumentaron cuando la puerta cerró.

— ¿Cómo has estado? ¿Cuánto tiempo llevas aquí?

Despiadado.Where stories live. Discover now