XLV

3.6K 278 52
                                    

Mi cuerpo duele, mucho.

Siento que no puedo respirar, pero en vez de tratar de calmarme, lloro haciendo que mi nariz se tape. Solo puedo llorar y llorar y llorar.

¿Por qué Michael?

¿Por qué me hiciste esto?

No.

Yo me hice esto.

Yo lo hice.

Fui yo quien escuchó las palabras mentirosas de Esteban, soy yo quien corrió hasta la salida, soy yo quien tenía esperanzas e ilusión.

Pero ya no hay nada.

Nunca debió haberlo.

Yo debí de haber sabido que ya no hay habían más oportunidades de ser libre, estoy condenada. Estoy atrapada, ahogada. Ya no hay sueños, solo pesadillas.

Tal vez sea el dolor que me está afectando la cabeza, pero yo...solo quiero morir.

Si ya no podré ver a mi familia, déjenme morir.

¿Qué caso tiene fingir día a día un amor que no siento? ¿Cómo ocultar el odio en mi pecho? No hay respuesta, al menos no una en la que yo sea la beneficiaria.

Michael dice hacer todo esto por mí, porque se preocupa, pero él es el ser más egoísta. Yo soy su excusa, su patética excusa para causar dolor.

Abrazo mis piernas con fuerza y suelto un sollozo.

Solo quiero que el dolor se vaya, quiero que todo deje de doler.

¿Me quedarán fuerzas para seguir luchando? ¿Podré luchar contra Michael y su locura?

Ya no lo sé, ya no estoy tan segura.

Y pensar que él no me haría nada, que él no sería capaz de tocarme de esa manera y lo hizo. Me golpeó y sé que no será la última vez. Solo espero que si sucede, que por lo menos me impida despertar.

A pesar de estar llorando sin moverme, mi cuerpo tiembla y la adrenalina lo recorre, mi cuerpo quiere levantarse y buscar algo, cualquier cosa que detenga el dolor, pero mi mente no lo deja. Estoy tan absorbida en mi mente que es imposible escuchar a mi cuerpo. Tal vez no quiero escucharlo realmente, tal vez en lo más profundo de mi, todavía hay esperanza, pero ¿de verdad la hay?

No sé cómo haré para ver a Michael de nuevo, de solo pensarlo mi cuerpo tiembla con más fuerza. Quiero tenerlo lejos, lo más alejado posible. No quiero que vuelva a tocarme, hablarme, nada.

-Perdóname, Max...-susurro- espero que no me odies por desear...desaparecer.

Me recuesto en el sofá, solo mi lado derecho. Dejo de apoyar mi cabeza en mis piernas ya que mi cuello empezó a doler. Miro el suelo.

No tengo ni idea qué día es, ni el mes, nada. Solo sé que es de día, ya que cuando traté de escapar era de noche, pero quitando eso...no sé nada.

Mi cuerpo se pone alerta cuando escucho la puerta. Me abrazo con más fuerza.

-¿Aisa?

Relajo mi cuerpo cuando veo que es Alexis. Limpió mis lágrimas con el dorso de mi mano con rapidez. Obviamente se dió cuenta que estaba llorando, tantas horas haciéndolo, mi ojos deben estar super rojos y mi rostro hinchado.

La miro cuando cierra la puerta y se voltea, ella se queda tiesa. Su cara llena de sorpresa.

Debe estar viendo el golpe en mi rostro.

Llevo mi mano a la mejilla lastimada y bajo mi mirada, Alexis reacciona y comienza a acercarse rápidamente a mi.

Cuando veo sus piernas subo mi mirada con confusión.

ContigoWhere stories live. Discover now