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Los sonidos en la puerta detienen a Michael.

Ambos estamos estáticos.

Lo miro con los ojos bien abiertos, llena de sorpresa y miedo. Solo se escuchaban nuestras respiraciones. Michael también me observa, lleno de rabia. Está tenso.

Abro mi boca para tratar de decir algo, pero Michael rápidamente se acerca a mí, tomándome de sorpresa. Uno de sus brazos va hacia mi cintura y el otro cubre mi boca, me pega él. Vuelvo a temblar.

-Ni se te ocurra decir algo-murmura muy cerca de mi rostro. Asiento rápidamente para que se aleje, él me mira por un momento y me suelta. Me quedo en mi sitio.

Michael va hacia los estantes. Sus manos se dirigen a una caja bajo llave, me mira por un momento y luego su mano va al bolsillo de su pantalón. Es una llave.

Abre la caja.

Saca un arma.

Respiro hondo.

Doy un paso atrás.

Michael vuelve a dejar la caja en el estante, se voltea y vuelve a mirarme.

Lleva su dedo índice a sus labios, haciendome entender que haga silencio.

Él sale de la sala.

Mi respiración no se ha estabilizado, los nervios y el pánico siguen en mi sistema y van en aumento. Abro y cierro mis puños, nada puede calmarme. No soy capaz de moverme de donde estoy, soy como una piedra.

La imagen de Michael sosteniendo el arma no sale de mi mente. No creí que él tuviera una aquí, en ese lugar tenía más sentido, pero aquí...

Mi miedo por él aumenta.

Quiero salir de la sala y asomarme, ver quien es. Por un momento tengo la esperanza que sea alguién que haya escuchado los gritos y venga a ayudarme, a pesar que no es muy probable, cada vez que veo a través de la ventana, no se ve nada cerca.

De verdad espero que sea alguien que venga a ayudarme. Aunque si Michael tiene un arma...

Cierro mis ojos por un momento, él no va hacer nada malo y yo voy a poder escapar.

Me concentro en escuchar los movimiento de Michael.

Cuando escucho que abre la puerta, se me corta la respiración.

Aprieto mis manos en puños.

-¿Qué haces aquí?- escucho preguntar a Michael con cierta molestia. La decepción me abarca, suena que está hablando con alguien que conoce.

-¿No me vas a dejar pasar?

Esa voz.

Mis piernas parecen moverse por sí solas.

Salgo de la sala y me detengo al llegar al pasillo frente a la puerta. Los dos me miran.

-¡Hola, Aisa!- saluda con emoción-¿Cómo te sientes?

-Alexis...-susurro.

-¿Qué haces aquí?- vuelve a preguntar Michael, la molestia no ha dejado su voz. La sonrisa de Alexis cae un poco cuando vuelve a mirarlo. Respira hondo.

-Tengo algo importante que decirte.

Alexis no esperó una respuesta de Michael, entró como si ya conociera el lugar. Pasó por mi lado con una pequeña sonrisa de boca cerrada y se dirigió a la sala. Yo estaba tiesa por la sorpresa.

Michael cierra la puerta, yo sigo en el medio del pasillo. Me mira.

-Ve a la sala.

Me quedo quieta por un momento, cuando Michael comienza acercarse, mi cuerpo parece reaccionar. Entro a la sala.

ContigoWhere stories live. Discover now