XVI

4.1K 285 31
                                    

Holaa

Disculpen por la tardanza.

Espero que les guste.

------------------------------------------

-¡Detente! -. Comienzo a correr- ¡Por favor! ¡Detente!

Me detengo. Apoyo mis brazos en mis rodillas, trato de controlar mi respiración.

-¡Max! -. Grito con todas mis fuerzas. Mi grito es lo único que se escucha, Max no me presta atención. Camina rápido  adentrandose al bosque.

Trago grueso, no me gusta ese bosque. Ahí fue en donde Aisa fue raptada por ese hombre, y desde que Max me contó que ahí sucedió todo eso, le agarré miedo. A pesar que el sol todavía está despierto, los árboles son tan altos que se ve oscuro.

-¡Max! – vuelvo a gritar con la esperanza que se voltee y vuelva, pero lo pierdo de vista. Respiro profundamente y me adentro al bosque.

Para mi suerte las pisadas de Max se ven, ya que la tierra se encuentra un poco mojada. Quiero creer que las pisadas son de Max y no de otra persona.

Me abrazo, veo hacia mi alrededor con duda. Cuando vea a Max le daré el regaño de su vida. Entiendo su rabia y frustración pero su manera de reaccionar y huir de la situación es inmadura.

No se cuanto he recorrido. Empiezo asustarme, siento que voy a perderme, creo que debería devolverme y esperar a que Max vuelva, pero y si no vuelve…

-Por favor, aparece…- susurro. Cada pequeño sonido me pone alerta. Me abrazo fuertemente, mi cuerpo tiembla un poco.

Me siento tan aliviada cuando veo a Max, casi quiero llorar. Camino a él rápidamente y lo tomó del brazo para que se voltee. Sus ojos me miran sorprendido. Levanto mi mano nuevamente y lo golpeo en el brazo.

-¡No vuelvas hacer eso! – grito sintiendo mis preocupación y molestia salir. Mis ojos se llenan de lágrimas, me siento tan aliviada por haberlo encontrado pero al mismo tiempo estoy muy enfadada. -¿¡Por qué tenías que correr hasta acá!? -. Max solo se queda en silencio, solo me ve, sin expresión - ¡Me asusté mucho!

-Lo siento -. Susurra. Su mirada baja. Mi pecho se aprieta.

-No debiste haber reaccionado de esa manera tan inmadura. – suelto con molestia sin medirme, él necesita saber que lo que hizo está muy mal.

Sus puños se aprietan, su mandíbula también. Lo miro con molestia.

-¿¡Por qué estás de su lado!? – suelta. Lo miro seriamente, no permitiré que siga reaccionando así. -¿¡Por que la defiendes tanto!? ¿Acaso no ves lo que hizo?

-No la estoy defendiendo, Max -. Se voltea. Sus puños siguen apretados. Sé que está enfadado, pero él no quiere que lo vea.- Tienes que calmarte un poco.

Trato de hablar más suave. Me acerco lentamente a él, lo rodeo con mis brazos. Lo abrazo fuertemente, quiero hacerlo sentir que no está solo, quiero calmarlo, que piense las cosas mejor. Max comienza temblar, lo abrazo con más fuerza, está llorando. Hacia mucho tiempo que no lloraba.

Susurro cosas para calmarlo. Seguimos en la misma posición, a Max no le gusta que lo vea llorar, pero por primera vez no me aleja, deja que lo consuele. También siento ganas de llorar.

Pasan unos minutos cuando Max decide separarse. Mis manos van hacia sus mejillas y quito todo rastro de lágrimas, él me observa. Nos quedamos en silencio por un largo tiempo, presiento que Max se siente avergonzado y por eso no ha querido hablar. Sin embargo, tengo que decirle lo que pienso.

ContigoWhere stories live. Discover now