Capitulo final

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El rostro de Michael pasa de sorpresa a rabia. Cada músculo de su rostro se contrae.

Está furioso.

Mi mente me pide que grite, que grite con todas mis fuerzas para que ellos entren y toda esta pesadilla termine. Sin embargo, mi cuerpo no puede generar sonido, estoy estática como una piedra.

Michael suelta una de mis manos y la que todavía sostiene, el agarre cambia a mi muñeca, muy fuerte. Siento que me romperá.

Sin decir ni una palabra él se voltea, jalando consigo mi cuerpo.

Se acerca a la cocina, para tomar el arma.

Veo como él toma el arma con su mano libre, con mucha fuerza, sus nudillos tornan blancos. Mi cuerpo comienza a reaccionar y los sollozos comienzan a salir de mi boca, mi mano va hacia su brazo para soltarme de su doloroso agarre. Mis dedos van a los suyos para hacer que me suelte, pero cada vez que trato de quitar uno de sus dedos, aprieta con aún más fuerza mi muñeca.

Un quejido un tanto alto sale de mis labios cuando el brazo que tiene sujeto entre sus dedos lo coloca detrás de mi espalda, haciendo que mi brazo se doble. Luego pega mi espalda a su pecho en una especie de abrazo. Cierro mis ojos por la presión que nuestros cuerpos hacen en mi brazo.

Luego siento algo frío en la cabeza.

Abro mis ojos.

No me toma mucho tiempo para darme cuenta qué es el frío objeto al lado de mi cabeza, justo encima de mi oreja.

Sollozo.

Mi cuerpo comienza temblar sin control, el dolor de mi brazo es olvidado, lo único en lo que puedo concentrarme es el hecho de que Michael está apuntando el arma en mi cabeza.

Abro mi boca para gritar, pero Michael cubre mi boca.

-Shhh...-respiro con fuerza en su mano, siento su respiración en mi oreja- Tranquila, princesa, no te voy a lastimar...tengo un plan.

Cierro mis ojos.

El miedo comienza a consumirme.

Cuando soñé que algo sucediera, no me refería a esto.

Pero lo que sea que suceda, sé que terminará.

O al menos espero que esto termine de una u otra forma.

Sin embargo, a pesar de mi anhelo, a pesar de la emoción, el terror posee mi cuerpo, porque no quiero que Michael sea responsable de mi muerte. No quiero que él se adueñe hasta de eso.

Mi pecho sube y baja con violencia. Michael me obliga a caminar con él para salir de la cocina.

-¡Sabemos que está ahí, Michael, sabemos que la señorita Aisa está con usted!- vuelven a gritar haciendo que de un salto por él susto. Michael presiona el arma con más fuerza. Por favor...

Michael no responde. El silencio en la cabaña de cierta manera aturde; nuestros pasos son despacios y delicados, la madera cruje de vez en cuando. Siento la fuerte y nerviosa respiración de Michael en mi nuca. El arma sigue fría en mi cabeza, su mano no tiembla en el agarre, está decidido.

Estamos a unos cinco pasos de la puerta principal. Por mi mente pasa la idea de golpearlo y salir corriendo, pero estoy segura que él no dudaría en disparar, o algo así. Lo que sé es que haría cualquier cosa para evitar que yo me separe de él.

Mis manos se aprietan en puños y mi corazón palpita en mi pecho de manera anormal y fuerte, siento como si en cualquier momento se detuviera.

Estamos a un paso de la puerta.

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