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Habían pasado dos días desde que no estaba aquí, pero por alguna razón se sintió como una eternidad.

Tenía que admitir que mis ganas de regresar eran pocas, no quiero volver al lugar que Michael me había dejado encargada.

Sus palabras, su desdén, su mirada...quería salir corriendo. Huir lejos para olvidarme de él y de la manera en la que me lastimó.

Pero por más que no quiera volver, aquí me encuentro, a unos cuantos metros de la puerta trasera.

Al estar a un paso de la puerta, detengo el movimiento de mi mano que iba a tocar la puerta. Puedo dar vuelta e ir a otro lugar, uno muy lejos, donde la culpa de abandonar a Michael no me consumirá, un lugar en donde tal vez me olvide de que él está con alguien y más y que nunca me amara a mi.

Bajo mi brazo y respiro hondo.

No vale la pena luchar por algo que nunca ocurrirá.

Me volteo.

Me detengo.

La puerta es abierta.

-¡Alexis, querida!- aprieto mis manos en puños al escucharlo. Me volteo con lentitud- Te estábamos esperando...-Esteban se hace a un lado y estira su brazo- Adelante.

Lo observo por un momento, tiene su típica sonrisa, pero esta vez no es burlona, solo es una sonrisa. Pienso si entrar o no, de verdad no tengo ánimo para aguantar sus bromas o burlas, solo quiero estar tranquila, tal vez llorar un poco, olvidar lo que aconteció ayer.

Miro a Esteban a los ojos, no hay ni un rastro de burla. Frunzo mi ceño.

Decido entrar.

Paso por su lado, no detengo mis pasó, él me sigue. De un momento a otro se encuentra mi lado para subir las escaleras.

-¿Qué sucedió exactamente?-pregunto mientras miro al frente. Siento la mirada de Esteban en mi.

-Bueno...-Esteban se queda callado por un momento para luego suspirar y volver a hablar- Como ya sabes, una especie de equipo policía vino a revisar habitación por habitación.. no es difícil asumir que la razón es por Michael...-Aprieto mi mandíbula al escuchar su nombre. No puedo evitarlo, duele- Antes de que se dieran cuenta, convencí a uno de los prisioneros para que tratara de quitarle el arma a uno de esos hombres, ellos se alteraron y magicamente se fueron.

-Fue una buena idea- es lo único que digo mientras terminamos de subir las escaleras. La situación es extraña, Esteban no ha dicho nada hiriente para mi sorpresa. Tampoco es que quiera escuchar una de sus bromas, pero solo...no se, es extraño.

Al verlo no puedo evitar pensar en su mayor defecto. Sabía que Esteban era capaz de muchas cosas, pero acosar tanto a su propia hermana al punto que esta hiciese lo que hizo...está loco. Y sin embargo, aquí está, a mi lado, pareciendo el ser humano más normal del mundo. Supongo que las personas menos cuerdas son las que más aparentan en estarlo.

Todavía me pregunto cómo Michael pudo socializar con una persona como Esteban.

Pero...a quién estoy engañando.

Michael tal vez es igual o peor que Esteban.

-Tierra llamando a Alexis- Mi vista va hacia Esteban que se encuentra agitando su mano en mi rostro. Doy un paso hacia atrás dándome cuenta de la cercanía en la que nos encontrábamos.

-Disculpa...¿Qué decías?

-Nada- contesto él rápidamente- Solo te veías ida.

-Si, yo...

ContigoWhere stories live. Discover now