VII

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Holaaa

Tal vez no le presten atención a esta nota pero tengo que decirles que este capitulo se borró de wattpad y no encontré manera de recuperarlo, así que tuve que escribirlo todo de nuevo. Hay algunas cosas que son diferentes así que espero que igual lo disfruten.


Hola, princesa.

Siento que no respiro.

Mis manos tiemblan al leer su saludo. Mi pecho duele, mi garganta está apretada. Mis dedos sueltan inmediatamente la hoja como si quemara.

Abrazo nuevamente mis piernas tratando de protegerme de alguna forma, pero es inútil. Nada hará que él me deje en paz. No hay nada que evite que él aparezca en cualquier momento. Lágrimas vuelven a aparecer, la desesperación se hace más  grande; si solamente lo hubiera visitado...

No.

Yo no soy la culpable, yo no soy la culpable.

Me repito varias veces mientras observo la carta con atención, no me atrevo a leerla, pero sé que tengo que hacerlo, cualquier cosa que hubiera en esa carta no es nada bueno. No quiero afrontar la realidad, no quiero ver lo qué hay dentro, no quiero que él  arruine todo lo que he construido en estas pocas semanas.

El dolor y el miedo forman la rabia. Cierro fuertemente mis ojos del enojo, no puedo creer que él llegue a esto, tal vez me estoy adelantando demasiado, espero estar adelantándome y que esto sea una bobería, pero algo me dice que no es como quiero que sea. Si yo le hubiera visitado, tal vez la carta sería un detalle, pero no le he visitado en tanto tiempo que esa estúpida hoja debe ser todo menos un detalle.

La rabia me embarca y no se como soy capaz de tomar la carta entre mis manos de nuevo. Trato de no pensarlo tanto y leo de una vez por todas.

Hola, princesa.

Espero que estés bien.

Yo no lo estoy, Aisa.

Extraño tu voz, extraño tu compañía, extraño todo de ti.

Y créeme Aisa, no quiero darles muchas vueltas al asunto y espero que la falta de tu maravillosa compañía sea porque se te ha dificultado venir, pero algo me dice que esa no es la razón.

Estoy muy enojado, princesa.

Y sabes lo que dicen, situaciones desesperadas, medidas desesperadas.

No quiero que te asustes princesa, pero imagina que podría sucederle a Max o a su noviecita si no tengo respuesta tuya.

Sé que no quieres que le pasa nada a mi cuñadito, pero si no vienes no me hago responsable de lo que pueda pasarle.

Así que ya sabes, princesa.

Te amo,

Michael.

No respiro.

Siento que no respiro.

No me doy cuenta cuando empiezo a hiperventilar. Siento que no me entra suficiente aire. Mis manos actúan por si solas y arrugan la maldita carta. Se vuelve nada.

Tiro la carta muy lejos de mi, la rabia y el miedo se hacen más grande creando un monstruo. Lágrimas caen como una catarata por mis mejillas. Cubro mi rostro con mis manos y aprieto con fuerza, un sonido que no reconozco sale de mis labios. Mi pecho duele, todo duele.

No se como pero empiezo a temblar; elevó mi cabeza y la desesperación hace que me levante del sofá. Siento que me están mirando.

Siento que él está aquí.

ContigoWhere stories live. Discover now