XVIII

4.6K 319 68
                                    


Ya no volverá a irse.


La tengo al frente, como siempre quise. Esta sentada en la cama, su cabeza se encuentra elevada, sus ojos me miran, mi mano está en su mejilla. Nunca la había tenido así, me gustaba la diferencia de altura. Por un momento quise agacharme y que nuestros rostros estuvieran cerca, quería tanto besarla, quería sentir sus labios después de mucho de no haberlos probado.


Uno de mis dedos va hacia su labios, acaricio lentamente, siento muchas sensaciones que solo su mirada puede darme. Aprieto mi mandíbula, no puedo dejarme llevar, estoy muy enojado con ella.

¿Cómo puede creer que después de todo yo la dejaré irse de mi lado?


Jamás.


Jamás se irá.


Ya no escapará, ya ni siquiera pensará en eso. Se quedará conmigo, compartiremos nuestras vidas para siempre.

Aisa hace una mueca y es cuando me doy cuenta que mi agarre en su cara se ha intensificado, sus ojos me miran con miedo, mucho miedo. No quiero que me te tema, no quiero que huya de mi, pero a este punto ya no me importa.


Ya no me importa si le doy miedo, ya no me importa si llora, me cansé de darle todo y no recibir nada. Además, me gusta ver esos ojos asustadizos.


Me gusta que su cuerpo tiemble cuando estoy a su alrededor , me gusta poder generarle algo, lo que sea. Quiero me ame pero ahora no la obligaré  de nada, ella está aquí conmigo y eso es lo que más me llena.


Algún día sueño con que sienta lo  mismo que yo, que me ame como yo la amo, tal vez eso se quede en un sueño, tal vez solo se quede como una fantasía en mi cabeza. Pero al menos la tengo al frente, la tengo aquí.


-Michael…por favor -. Su susurro me saca de mi mente. Lágrimas adornan sus mejillas. Mi agarre sigue siendo fuerte. La observo sin decirle nada, ella me mira con ojos suplicantes. No me atrevo a soltarla, no quiero hacerlo. Cuando llora se ve aún mas hermosa, siempre se ve hermosa, pero cómo está ahora, temerosa, sus mejilla rojas igual que sus ojos, la manera en que me mira. Me hace querer besarla .- Me lastimas…


No, princesa. Tú me lastimas.


Me lastimas con tu odio, con tu rechazo, con tus inseguridades, con tu idea de haber sido “amigos”. Nosotros no estamos destinados para ser amigos, estamos destinados para estar juntos, pertenecernos.


La suelto de repente.


Aisa tiene intenciones de hablar, pero levanto mi mano en señal de que no diga nada. Se que por su mente debe tener miles de ideas para persuadirme , la conozco muy bien, así era al principio cuando estuvimos en casa. O tal vez quiera engañarme, tal vez quiere hacerme creer que esta de acuerdo conmigo, como hizo al final de nuestro tiempos juntos en nuestro hogar, de todas formas no caeré, ya no más .


-Vendré mas tarde -. Es lo único que digo.


Me volteo sin mas, camino hasta la puerta y la cierro rápidamente para que Aisa no sea capaz de acercarse creyendo que podrá salir.


Suspiro.


No quería que las cosas fueran así, princesa, pero no me dejaste opción.


Al caminar por el pasillo mi vista va hacia los guardias que se encuentran protegiendo las puertas de los demás encarcelados, cada uno de ellos esta en mi poder, los compre a todos, bueno, compramos. No me gusta darle crédito a Esteban, aunque tengo que admitir que sin él no tuviera tanto poder.


-¡Ayuda! ¡por favor déjenme salir!

Suelto una carcajada al escuchar los gritos de súplica del director, antiguo director.

El pobre hombre grita y grita, nadie puede salvarlo. Es gracioso como piensa que alguien lo va a dejar libre, si lo sacan de ese lugar es que ya no lo necesitamos y presiento que él preferirá quedarse ahí en vez de la segunda opción que tengo.


Me acerco al guardia que vigila el cuarto en donde se encuentra el director. Los gritos ya no me dan tanta gracia, comienzan a molestarme.


-Hazlo callar -. Digo en voz baja -. Sus gritos me producen jaqueca.


-Si, señor.



El guardia comienza hacer lo ordenado, yo sigo mi camino con una sonrisa, lo gritos de suplica se escucharan pronto.


La puerta que estaba buscando se encuentra frente a mis ojos.


Con seguridad la abro.


Lo primero que veo es a Esteban, se encuentra sentado en el escritorio jugando con las decoraciones de este. Sin mirarme habla.



-¿Tan rápido la luna de miel?



Decido ignorar su comentaría, camino rodeando el escritorio y sentandome en la silla, Esteban se baja y se sienta frente a mi.


-Debemos actuar rápido -.Digo después de haberme sentando-.
Quedamos de acuerdo que al yo tener a Aisa nos íbamos inmediatamente.



-Si…pero pensándolo bien eso ya no es una buena idea.


-¿A que te refieres?



-Creo que deberíamos quedarnos un tiempo


-Ese no era el plan-. Comienzo a levantarme.


-Tranquilo, tranquilo-. Hace una seña con su mano para que vuela a sentarme, pero no le hago caso. Suspira-. Escucha lo que tengo que decir.



Dudo un momento. No me gusta que se cambie lo acordado. El plan desde un principio había sido comprar a los guardias poco a poco hasta que la mayoría estuvieran de nuestro lado, luego encerraríamos al director  y cuando Aisa viniera nos iríamos inmediatamente. Tomaríamos el dinero que mi padre y el padre de Esteban pagaban para tenernos aquí, nos iríamos lejos, cada quien por su camino.


-Perdí…-Esteban se detiene-. Perdimos mucho dinero comprando a esos guardias. Creo que es buena idea a quedarnos un tiempo…Nos haremos pasar por el director, tomaremos el dinero de otros encarcelados.


-No se, Esteban -. Digo dudoso-. Eso no era lo acordado.



-Tu princesa y tu pudieran vivir más cómodo, pudieras darle a ella todo lo que quisiera -. Vuelvo a sentarme. Esteban encoge sus hombros-. Deberías pensarlo. Además, si nos quedamos más tiempo tal vez puedas hacer que ella quiera estar contigo.


-¿Quién dijo que ella no quería estar conmigo?


-No soy estúpido, Michael -. Se ríe. No me parece gracioso, nada de lo que dice me parece gracioso. -Se le ve el miedo en los ojos a tu princesita.


Golpeó la mesa, vuelvo a levantarme. Me siento molesto.

-No vuelvas a decir eso.


Esteban levanta las manos. Mis hombros se encuentran tensos, los hombros de Esteban se encuentran relajados, me enfurece que el siempre este de esa manera, que todo le cause gracia. Tengo que controlarme, no puedo permitir que me saque de mis casillas, somos socios y no me conviene tener una pelea. Suspiro.


-Está bien, lo pensaré.


Esteban agranda su sonrisa.


-Fue bueno hacer negocios con usted -. Estira su mano. Dudo un segundo. Sin embargo, termino estrechando su mano cerrando nuestro nuevo acuerdo.



Tal vez sea buena idea.


A Aisa le vendrá bien que este en mi habitación. Le servirá para que entienda finalmente, así cuando sea la hora de irse no intentará nada, si hay más tiempo ella aprenderá. El tiempo lo arregla todo.


Tal vez pueda persuadirla.


Tal vez la pueda obligar a aceptarme.


Si está encerrada en cuatro paredes no le quedará de otra que estar  conmigo, él único que siempre ha estado ahí para ella.





----------------------------

Holaaaaa

Cómo estánnn? Espero que bien💜

Que les pareció el capítulo de hoy?

Espero que lo hayan disfrutado💜

Al parecer hubo un cambio de planes. Creen que Esteban tendrá segundas intenciones respecto a su idea?

Dejo esa pregunta y me retiro lentamente

Graciass por leerrr💜

Lxs amoooooo

Instagram: isamorgenstern145


ContigoWhere stories live. Discover now