XXV

3.9K 298 52
                                    

-Hola, princesita.

-¿Que...tu...? - los nervios y la desesperación me absorben. No soy capaz de formular una oración, mi voz suena rota y sin fuerza. Nadie va a poder escucharme.

Observo atentamente a Esteban, mis manos toman con la poca fuerza que tienen las sabanas. Mi respiración comienza a ser irregular. No hay manera en que pueda pararme y salir corriendo. No sé por qué tengo la necesidad de correr, lo que sé es que él no me trae buena espina. Desde que lo vi por primera vez, siempre ha sido de esa manera. No le tengo confianza.

-¿No puedes hablar? - pregunta haciendo una mueca divertida que me hace sentir enojo Y miedo. Trato de refutar. Mi boca se abre pero solo soy capaz de decir palabras sueltas. - No importa, de todas maneras sabía que yo sería el que hablaría más, pero honestamente no creí que el estar drogada fuera la razón...

Se adentra a la habitación y camina hacia el sofá. Me hace sentir un poco tranquila el hecho que no está tan cerca, pero eso no me termina de quitar la desconfianza.

Él se sienta con mucha tranquilidad poniéndome de los nervios. Casi quiero reir de la situación, él está tan tranquilo y yo tan nerviosa, esto no debería de pasar. En este momento quisiera que Michael estuviera aquí para lo sacara, de alguna loca manera prefiero a Michael que a Esteban, por lo menos sé que el primero no me harían nada malo si yo solo me "comportaba", pero con el segundo no puedo estar segura de lo que hará o cómo piensa. En pocas palabras, estoy jodida.

No es la primera vez que estamos a solas, sin embargo, este encuentro se siente diferente.

-Quiero ayudarte - No tengo tiempo de reaccionar a sus primeras palabras cuando continua-No me parece divertida tu situación...

¿No le parece divertida mi situación?

¿Qué mierdas significa eso?

-¿Qué...? - es lo único que puedo formular, tanto por la droga como por mi confusión.

Veo como sonríe, sus ojos se ven alegres.

-Creo que escuchaste lo que te dije -se encoge de hombros - De todas formas no puedo decir mucho todavía, solo ten en cuenta que quiero ayudarte.

Esteban se levanta del sofá con lentitud y elegancia. Con una sonrisa en su rostro comienza a caminar hacia la puerta, pero se detiene abruptamente.

La puerta se abre.

-¿Qué haces aquí?

-Alexis querida..

-Sabes que solo yo puedo entrar aquí, Esteban - Alexis lo mira seriamente -Ordenes de Michael.

Mis ojos se abren de sorpresa, no porque Alexis entró, lo que me sorprende es la reacción de Esteban. Si lo que dice Alexis es verdad, Esteban debería haber reaccionado diferente, asustado, tenso y con una expresión seria, pero sucedió todo lo contrario. Su sonrisa había crecido, sus manos en sus bolsillos con seguridad y despreocupación. No tiene miedo.

-Pensé que Michael estaría aquí, me equivoqué - vuelve a encogerse de hombros, no hay señal de que esté nervioso. - Bueno, de los errores se aprenden.- voltea y me ve - Aisa - Hace un sentimiento con su cabeza en forma de despedida, yo no hago ningún movimiento. Luego ve a Alexis y hace lo mismo. -Alexis.

Y se va tranquilamente.

Alexis no le quita la vista de encima hasta que cierra la puerta detrás de él. Su ojos pasan a mí inmediatamente, analizandome.

-¿Qué te dijo?

Abrí mi boca pero al no poder encontrar nada que decir solo niego con la cabeza lentamente.

ContigoWhere stories live. Discover now