XIV

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Holaaa

Antes de comenzar quería anunciarles que empece una historia nuevaa

Se titula "Pretendiendo"

Mañana subiré el primer capítulo

Espero que les guste y que le den una oportunidad💜

Ahora si

Disfruten este capítulo💜


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Hoy era Lunes.

Max comenzaba a trabajar.

Todos estábamos en el comedor comiendo muy temprano para  lo que normalmente hacíamos, todos teníamos diferentes razones por la que estamos aquí, Max tenía que llegar temprano, Emma se levantó porque Max hacía mucho ruido, y yo porque no pude siquiera cerrar los ojos por más de media hora.

Ellos dos se veían tranquilos comiendo, yo apenas probaba bocado. Sentí mi estómago cerrado, los nervios no me dejaban comer. Los veía desayunar tan relajados, sin preocupaciones, sin verdades que decir y por un momento tuve las ganas de simplemente desaparecer porque por mi culpa, la paz no dudaría mucho.


-Ya tengo que irme.- hablo apresurado Max mirando su reloj. Emma y yo lo miramos asustadas por el repentino ruido.

Verlo apurado para llegar al trabajo me ponía más nerviosa, sus movimientos inquietos eran contagiosos haciendo que también me levantara y llevara mi plato al lavaplatos porque simplemente no podía quedarme sentada allí, necesitaba irme.

-Chao, hermanita.- se despidió y me sorprendí cuando me dio un beso en la mejilla. Ahora quiero llorar.

-Adiós…-murmuré. Apreté mis labios por la mala sensación que tenía respecto a todo. 

Cerré la llave del lavaplatos cuando ya había terminado. Acomodo todo muy rápido pensando en ir corriendo a mi cuarto y encerrarme para poder practicar mi pequeño discurso que tal vez arruine todo. Me duele la cabeza.

Emma ya no se encuentra en la cocina así que aprovecho de huir ya que no tengo a nadie que me detenga. Salgo de la cocina como si me estuvieran persiguiendo. Al llegar a las escaleras las subo deprisa haciendo que tropiece unas cuantas veces. Aprieto mis labios cuando mi rodilla golpea la escalera haciendo que duela mucho, cierro mis ojos por un instante para tratar que el dolor sea interno y el grito también, ya que no quiero que Emma baje. 

Siento que respiro cuando por fin estoy en mi cuarto, cierro la puerta y me tiro a la cama boca arriba y suspiro. No creo poder hablar.

Repaso por mi cabeza lo que pienso decirle, sin embargo no encuentro la manera en que algo suene lo suficientemente bien. Escribirlas tampoco ayudan. Eso me hace pensar que desde que todo ocurrió, no he sido capaz de concentrarme en lo que más me gusta hacer, leer. Supongo que el mundo real se volvió muy complicado.

ContigoWhere stories live. Discover now