XXI

4K 282 27
                                    

Dos días.

Han pasado dos días.

Dos días que han sido los más eternos de mi vida.

Aisa debería de estar en casa, debería estar en su habitación, debería estar con nosotros en este momento cenando, debería estar hablando con nosotros. Ella debería  estar aquí y no lo está.

Por mi culpa.

La presión en mi pecho no ha desaparecido desde que ella se fue. No puedo dormir, no puedo pensar en nada más que no sea ella. Todo esto me traen muy malos recuerdos, nunca pensé que todo volviera a repetirse.

-Lo siento-. Hablo levantándome de la mesa con plato en mano-. No tengo hambre.

Emma suspira al escucharme. Se levanta al poco tiempo y camina hacia dónde estoy. Ella tampoco había comido mucho.

-Emma.- tomo su mano. Sus ojos me miran-. Tienes que comer.

-Tu también.

-Lo se, pero no quiero que me copies-. Trato de hacerla reír al principio, una pequeña sonrisa se asoma.- Mi chiste no fue muy bueno...

-No, no lo fue.

-Lo que quiero decir es que no quiero que descuides tu salud...

-Tampoco quiero que te descuides...- Una de sus manos va hacia mi mejilla y acaricia. Por un momento tengo ganas de llorar, pero sé que por más que quiera no puedo hacerlo, tengo que centrarme, no quiero que Emma se preocupe más.

-No quiero que te preocupes por mí, quiero que estes calmada y bien...

Desde que Aisa se había ido, Emma no ha estado muy bien. En los dos días que habian pasado , notaba a Emma muy preocupada. Ninguno de los dos hemos podido dormir mucho, pero a ella se le nota más. Cuando le hablo a veces evita mi mirada. Estoy muy preocupado, tengo la sensación que olcuta algo  pero no creo que eso sea verdad. La he escuchado llorar en el baño.

La abrazo muy fuerte. No se que fuera de mi si ella no estuviera aquí. Me ha apoyado tanto, es la mejor persona que he conocido.

-Te amo-. Susurro.

-Yo también te amo.



Me separo de Emma lentamente. Salgo de la cocina y voy hacia la sala. Tomo entre mis manos carta de Aisa.









Lo siento, Max.

Pero no podía soportar estar un segundo más ahí.

Creo que es la mejor decisión , no valía la pena seguir en un lugar donde me ahogaba, donde cada día me consumía más y más, sin poder ser yo misma.

Me sentia cada segundo juzgada y como no podías aceptarme decidí irme. Espero que puedas entenderme, espero que respetes mi decisión. No te preocupes por mí, no me busques. Estoy bien, estoy segura.

Aisa.





No sé cuántas veces la he leído.



Tampoco puedo dejar de pasar mis ojos  por la carta una y otra vez. Cada vez que lo hago, duele más. Es que simplemente no entiendo.

La carta había llegado ayer. Había salido a botar la basura, cuando mi vista va hacia el suelo ahí estaba, no sabía porque pero inmediatamente había pensado en Aisa, inmediatamente había pensado que algo no estaba bien.

ContigoWhere stories live. Discover now