21. Sinceridad

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Habían pasado semanas desde aquel reencuentro que Miguel había tenido con sus amigos mexicanos. Pedro de alguna manera se había calmado por su comportamiento impulsivo y solo lo había dejado pasar. Ambos seguían como antes; bromeaban, se insultaban y follaban. En realidad no había ningún cambio significativo exteriormente. Sin embargo, en el interior de Miguel, sus sentimientos se fortalecían con los días.

Estar enamorado era su gran némesis en la vida. Veía todos los días al mexicano, interactuaba seguidamente con él, y cuando no lo hacía, sus pensamientos recurrían constantemente en él.

Lo único bueno de todo esto era que sus estudios y trabajo no lo dejaban pensar mucho, más bien lo agotaban día a día, lo que hacía que Miguel se sintiera un poco menos agobiado por lo mucho que le gustaba Pedro.

En esas últimas semanas, o mejor dicho "fines de semana" era frecuente la visita de Andrew en su universidad o trabajo. Ellos no habían perdido el contacto, y de hecho su amistad se había afianzado.

Salían a comer, beber, pasear o solo hablan por chat y llamadas, contándose su día a día y recordando el pasado; incluso ahora lo había recogido de su casa de estudios para llevarlo hasta el hogar donde Miguel se alojaba.

—En ese entonces no sabía cómo lidiar con mis celos, y por tanto busqué a mi mejor amigo para que se haga pasar por mi ex, ¿recuerdas? —Miguel y Andrew se habían enfrascado en una conversación del pasado—

Miguel asintió con diversión.

—Cómo no recordarlo, Andy. Ese día estuve en un gran shock, y sí, no voy a negarlo, también me dieron celos pero jamás los iba a demostrar. Ya sabes siempre digno, nunca indigno. —bromeó mientras le seguía el paso por la duro pavimento de las veredas hacia la estación de bus.

—¿Enserio? —el menor lo observó detenidamente para continuar— Yo pensé que en verdad no te importaba. Eres muy bueno fingiendo. —mencionó con una sonrisa nerviosa.

—Oh, no es nada. Es mi don, mi maldición.

—Entonces... en una relación amical ¿tú podrías fingir una amistad cuando en realidad sientes mucho más? —Andrew observaba de reojo a su acompañante sintiendo con ello una ligera ansiedad por la respuesta.

En la mente del menor todavía yacían los recuerdos de su pasado al lado de Miguel, todavía había ciertas esperanzas de regresar con él, y es por ello que día a día trabajaba en acercarse a él, en volverse su amigo, su confidente. Es por ello que daba leves indicios de cercanía para asegurarse que el sentimiento era mutuo.

Andrew al preguntar lo ulterior quería comprobar si había una ligera posibilidad de que Miguel fingiera una amistad con él cuando en realidad sentía lo mismo que él.

Miguel parpadeó un par de veces antes de contestar un "quizás" cortante, desprovisto de todo tipo de explicación, alegría o complicidad.

Andrew no sabía exactamente cómo tomar esa respuesta, pero a lo largo de los años había aprendido que debía arriesgarse, de todos modos es mejor arrepentirse de hacer algo que arrepentirse de no haberlo hecho.

Al llegar al paradero del bus que tomaría Miguel, y aprovechando la ausencia de personas alrededor, Andrew habló.

—Miguel...

—¿Mn? —El mayor dividía su atencion entre su amigo y la búsqueda del bus que lo llevaría a casa.

—Creo que ya no puedo callar lo que siento, y en verdad prefiero ser directo contigo. —empezó el más alto.

Un "oh, no" se formó en la mente de Miguel, ya estaba acostumbrado a este tipo de situaciones así que en un santiamén descubrió de lo que se trataba. Miguel ya sabía que lo que se venía era una confesión.

Te odio pero te amo || MexPer ||Where stories live. Discover now