33. Palabras no dichas | Parte 2

306 54 52
                                    

Ha oído escuchar, incluso de investigaciones científicas desarrolladas en su casa de estudios, acerca que la personalidad es formada por un conjunto de factores concomitantes en la vida de un ser humano, desde el factor genético, el social, y hasta el familiar.

Pedro desde que tiene conocimiento sobre sí mismo, siempre ha sido él mismo. Él nació, creció y se formó en una familia común, de nivel socioeconómico acomodado, siendo hijo único, lo que desembocó en poder tener casi todo a la mano, sin ninguna negación.

Su primer amor, él no pudo llamarlo como tal, debido a que no caló lo suficientemente en él como para poder considerarlo especial. Si bien es cierto que por el solo hecho de ser la primera persona en su vida resalta sobre las demás, para Pedro no fue así, por cuánto ni bien se le presentó la oportunidad de engañarla, lo hizo, y así sucesivamente.

Sus días de adolescente hormonal fueron muy agitados, hasta que la conoció.

Emily era una chica muy linda a los ojos de Pedro, tenía una larga y ondeada cabellera castaña, sus ojos eran almendrados, su nariz era respingada y sus labios eran delgados y de un tono natural color rosa. Ella era delgada y no muy alta, era muy del tipo de Pedro, por tanto, como ya estaba acostumbrado, la invitó a salir después de clases en la Preparatoria.

Ella lo rechazó.

Quizás porque fue el primer reto de su vida, es memorable el primer encuentro que tuvo con ella. Desde ese día, constantemente trató de conquistarla con invitaciones, obsequios e incluso conversando más a menudo con ella, pero Emily siempre fue tajante con sus respuestas.

A la medida que pasaba el tiempo, él fue conociéndola. Ella era hermosa pero a su vez muy centrada en sus estudios, era una buena chica, siempre obediente a las autoridades y responsable con sus deberes, no podía perder el tiempo liándose con una persona como él.

El tiempo pasó y sin darse cuenta él también empezó a cambiar, de pronto mejoró en sus estudios, se volvió más responsable, volviéndose el mejor amigo de aquella chica que siempre lo rechazaba en el proceso.

Los años pasaron, después de una ruptura amorosa en la vida de Emily, Pedro fue quien la presentó a un nuevo amigo que él había conocido hace algunos meses. Martín.

Pedro nunca pensó que ellos congeniarían de maravilla, pensó que sería pasajero, pero verlos tan cómodos entre los dos lo hizo cambiar de opinión, no obstante ya no podía hacer nada, así que solo se alegró por ellos, sus dos grandes amigos.

El tiempo siguió transcurriendo, pero el amor que sentía permaneció. Para Pedro, Emily había sido su primer y único amor en toda la vida, aquella persona por la cual daría todo, incluso dejándola ir para que pueda ser feliz.

Siempre fue esa la verdad absoluta, no obstante ¿Por qué no pegó los ojos en toda la noche de solo pensar en Miguel?

En un primer momento, Pedro se sentía enfurecido con todo, estuvo con el ceño fruncido recordando todo lo que ese idiota peruano le dijo, o mejor explicado, todo lo que llegó a insultarle.

¿Cómo se atrevía?

Pero ¿Por qué le preocupaba y dolía el pecho al recordar sus lágrimas?

Giró sobre su cama.

"No es mi problema."

Su mirada se perdió en la oscuridad.

"¿No ser correspondido duele tanto?"

Él no recordaba que la primera vez que Emily lo rechazó le haya herido de alguna forma, incluso conforme seguía insinuándosele durante mucho tiempo, tampoco le afectó tanto como para llorar.

Te odio pero te amo || MexPer ||Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon