35. Palabras no dichas | Parte 4

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Emily siempre fue una chica centrada en sus objetivos, sean estudios, logros o talentos.

La primera vez que conoció a Pedro fue firme en sus pensamientos y decisiones.

"Él solo me va a lastimar."

Ella fue renuente a todas las invitaciones del recién conocido, incluso cuando ya eran amigos, a Pedro nunca se le escapaba una oportunidad para intentar algo con ella, pero siempre recibía la misma respuesta negativa.

La personalidad de su amigo era evidente a kilometros, él era alguien que jugaba con sus amantes y luego las desechaba.

Ella siempre lo reprochaba por hacerlo, pero al final, como no podía obligarlo a hacer lo correcto, solo desistió. De todas formas, como amigo, era estupendo.

En su último año de preparatoria, ella conoció a alguien más, quien muy pronto se convirtió en su enamorado. Todo era perfecto hasta que se tornó tóxico, lo que hizo que al final ambos terminaran.

Ella estaba devastada y juró no volver a cometer el mismo error, pero al final pudo soportarlo porque tenía a su lado a Pedro, su mejor amigo.

Después de un tiempo, el mismo Pedro la presentó a quien luego se convertiría en el gran amor de su vida y futuro esposo.

Martín era perfecto, siempre tan atento y romántico con ella, era el hombre ideal, algo que la hizo enamorarse de él profundamente.

En todo el proceso de noviazgo claro que hubieron ciertos problemas entre ambos, como en toda relación, inclusive muchas veces dudó de Miguel por ser muy cercano a su novio, no obstante dejó todas sus dudas de lado, ya que todos los habían apoyado para llegar hasta allí, tanto Pedro como Miguel fueron el apoyo de ellos como pareja. Emily les agradecía de corazón.

Las cosas eran demasiado perfectas para ser realidad, para seguir siendo realidad. Emily después de años se dio cuenta que lo suyo con Martín no tenía futuro. Las peleas en ese último año fueron constantes y las reconciliaciones muy pocas.

Al final todo desembocó en un ineludible divorcio.

"Realmente mi vida amorosa está destinado a un inevitable fracaso."

Ella negó esos pensamientos intrusivos, tratando de tocar el timbre de la casa de su mejor amigo. Lo necesitaba.

Cuando él abrió sin que ella pudiese realizar lo que se proponía, ella sonrió sincera, algo que no había hecho desde hace un tiempo.

"Él siempre está para mí."

"Mi fiel y confiable pilar."

— Perdón por no tener mucho que ofrecer, no sabía que vendrías de visita

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— Perdón por no tener mucho que ofrecer, no sabía que vendrías de visita. —empezó Pedro al entregarle una taza de té mientras se sentaba al lado de ella en el sillón.

La menor negó con una ligera sonrisa, aceptando la bebida caliente.

— No te preocupes, está bien.

Te odio pero te amo || MexPer ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora