15. Encuentro | parte 1

779 88 109
                                    

La semana siguiente, ambos ya habían dejado de estar tan atareados como en los últimos días.

Miguel seguía estudiando en las noches y practicando en las mañanas. Pedro solo trabajaba como era costumbre en la Fiscalía del lugar.

En su calendario había apuntado que ese fin de semana aprovecharía en ir a un congreso internacional de derecho penal que se estaba organizando en el Estado contiguo a la Ciudad de México. Serían los días jueves, viernes y sábado de esa semana. Él estaría regresando de aquel viaje el domingo por la mañana.

Miguel en cambio, no podía ir a aquella conferencia, esto debido a que ya tenía algunos asuntos impostergables en su centro de trabajo, además de que había acordado reunirse con sus antiguos amigos el sábado por la tarde.

Miguel trató de calmarse en esos días, sobre todo al darse cuenta de los sentimientos que guardaba por Pedro.

No podía decírselo, por lo menos no aún. Miguel era consciente de que Pedro todavía sentía algo por Emily, también sabía que sería el primero en asustarse si se enteraba de los sentimientos de Miguel. Todavía no era el tiempo. Miguel tenía un largo y arduo camino por delante.

Llegado el sábado, cuando Miguel fue a su trabajo, sabía que debía irse rápido de allí para llegar al encuentro con sus amigos, pero antes de ello, tenía unos asuntos que arreglar con Eduardo.

Desde el cumpleaños de Miguel, él notó cierto desliz en el comportamiento de Eduardo. Antes era cómodo hablar con él, incluso tener intimidad, pero ahora ya no lo era.

Eduardo le hablaba más seguido, quería saber más de él, en el transcurso de la semana le invitó a varios lugares. Miguel tenía sus ligeras sospechas acerca de su comportamiento.

A las dos de la tarde, justo cuando ya había terminado su jornada laboral, Miguel ya le hizo saber de antemano a Eduardo para ir a hablar después del trabajo. Así que como era de esperarse, ambos salieron juntos.

Caminando hacia el paradero, Miguel no se detuvo en rodeos y dijo lo que quería y necesitaba decir.

— Eduardo, creo que ya no deberíamos ser amigos con beneficios. Estamos bien como compañeros de trabajo y ya.

El más alto paró en seco al escuchar esas palabras. Miguel también lo secundó.

— Miguel, pero...

— Está bien, solo creo que ya debería terminar.

— Miguel, esto es porque has notado mis sentimientos hacia ti, ¿no?

— En parte sí, pero...

—Miguel de verdad perdóname, nunca quise agobiarte con ellos.

En sí lo que Eduardo decía era verdad. Un mes después de comenzar su relación con beneficios, empezó a tener sentimientos por Miguel; pero éste se mostraba frívolo ante esa clase de sentimientos, aun más cuando Miguel le contó lo que le pasó con el muchacho universitario. Era evidente que el peruano no buscaba ese tipo de relaciones.

Eduardo no quería adelantarse, simplemente quería avanzar poco a poco con Miguel, eso hasta que llegue el punto donde ambos pudieran sentir lo mismo; pero cuando se encontró con Martín -el mejor amigo de Miguel- se desesperó.

Aquél era alto, guapo, con una gran personalidad, y tenía un gran punto a su favor. Conocía a Miguel desde ya hace muchos años, esto es, que era el más cercano al peruano.

Eduardo tuvo unos ligeros celos de esa relación, quizás fue por eso que sus sentimientos se desbordaron al punto de hacerse notar a Miguel. Ciertamente aquella conversación que Miguel tenía con él acerca de romper aquel lazo que tenían, le dolía, mucho.

Te odio pero te amo || MexPer ||Where stories live. Discover now