36. Palabras no dichas | Parte 5

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— ¿Pedro?

Emily notó el cambio en su mirada. Aquellos orbes marrones se veían asustados.

— ¿Estás bien? —continuó.

Pedro parpadeó repetidamente, siendo su cabeza hecha un lío por el reciente descubrimiento.

— Yo... No pretendía asustarte ni presionarte, de hecho...

— No, Emily. —al final volvió a mirarla pero no de la misma manera. — Por ahora necesito ordenar mis pensamientos ¿Sí?

"¿Qué haces?" "¿Estás desaprovechando tu oportunidad?" "¡No la dejes ir!" Se recriminaba a sí mismo.

— ... —Emily suspiró— Claro, Pedro, no te preocupes. Nos contactaremos luego.

Pedro se quedó mirándola con temor y decepción.

— Claro. —respondió apagadamente.

Así fue como su mejor amiga y posible futura pareja se fue de su casa ante la vista de él.

La impotencia que sintió al no permitirse hacer nada más, hizo que maldiciera y mordiera su labio inferior para contener su amargura.

Esa noche Pedro no concilió el sueño, asimismo, al ponerse el sol hasta ocultarse nuevamente, se enfrascó en sus pensamientos, en los enredos que tenía en su mente

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Esa noche Pedro no concilió el sueño, asimismo, al ponerse el sol hasta ocultarse nuevamente, se enfrascó en sus pensamientos, en los enredos que tenía en su mente.

Su nueva semana no fue diferente a la anterior, de nuevo todo era rutinario, incluso en el trabajo, su mente siempre regresaba a su reciente descubrimiento de sus sentimientos hacia Miguel, y la oportunidad que tenía con Emily.

El viernes por la noche, después de una jornada laboral extenuante, Pedro se dispuso a ver un maratón de películas de comedia para distraerse.

En medio, de la primera película, sin poder detenerlo, su mente había vuelto a lo mismo.

— Ahg, ¡Mierda! —bufó con molestia, dejando a un lado su tazón de palomitas, y pausando la película.

— Ese idiota ni siquiera es tan atractivo como lo es Emily. —tuvo un mal sabor de boca debido a sus palabras.

Su mirada se perdió en ningún punto en específico.

— Emily es el gran amor de mi vida ¿Por qué se me dificulta tanto una elección?

— Pero Miguel...

Recordó todas las veces que su antiguo roomie iba a divertirse con otros.

Su amargura volvió en conjunto con la opresión en su pecho y estómago.

— Lo detesto.

Sus recuerdos seguían proyectándose en su cabeza, retornando al asunto de Emily. Ella ya había estado con Martín varios años, años en los que presenció un fuerte apego y amor por ambas partes.

Te odio pero te amo || MexPer ||Where stories live. Discover now