32. Palabras no dichas | Parte 1

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En la tarde de ese día, Miguel se fue a realizar las compras de alimentos necesarios para llenar el refrigerador, dejando a Martín en su casa a fin que limpie toda la suciedad que dejó que se asentara en semanas.

Miguel no tenía una lista, siempre que salía a hacer compras, tomaba lo que le llamaba la atención, y en ese caso en específico aún más no lo necesitaba, debido a que simplemente no había casi nada en la nevera de su amigo. En ese sentido el carrito de compras, estaba totalmente lleno, pero sobre todo de cosas que le gustaban a él, no a Martín.

Se encogió de hombros.

Daba igual, de todas maneras, si Martín no los quería, Miguel con gusto se los comería.

Ciertamente, después de todo el ajetreo en su vida, se sentía mucho mejor. El ir de compras le proporcionaba uno de esos momentos de relajo y distracción para su mente. A veces se sentía como un niño con juguetes comestibles.

—Oh, realmente esto me encanta.—murmuró para sí en cuanto llegó a la sección de bebidas alcohólicas. —Es el paraíso. —suspiró.

Mientras revisaba los precios de los mismos, tomó su celular que empezó a vibrar en su pantalón, lo que le dio una sensación de ansiedad y opresión en el pecho.

El nombre "Pedro" estaba presente en su mente ante cualquier vibración de su teléfono móvil, no obstante al instante descartó la idea que él pudiera llamarle ya que hace unas horas, después de prender su celular, bloqueó el número de contacto de Pedro.

En la pantalla brillaba el nombre de "Andrew", con quien desde hace un tiempo se dejó de hablar incluso por mensajería instantánea.

Se encogió de hombros, restándole importancia al tiempo lejos, y contestó la llamada.

—¿Aló?¿Miguel?

— ¿Andy? Hola, ¿Qué tal? ¿Cómo te ha ido estos días?

Miguel, ¿Estás bien? ¿Dónde estás? ¿Te estás quedando con Martín?

Dejó de respirar unos cortos segundos debido a las preguntas.

—¿Qué? ¿Tú cómo...?

Escuchó un suspiro a través de la llamada.

Pues, me enteré por Pedro.

—...

Lo que sucede es que me llamó hace poco muy alterado, insultándome en el proceso, claro está, exigiendo que deje de esconderte.

—¿Qué?

Miguel estaba desconcertado y extrañado.

La verdad es que no pude entenderle mucho, lo único que supe a través de sus insultos y amenazas es que tú ya no estabas ahí con él, por eso te llamé para preguntar al respecto.

¿Qué?

Miguel aún no podía procesar del todo la información obtenida; es decir, sí sabía sobre el carácter agresivo de Pedro, pero el saber que lo estaba buscando lo tenía confundido.

"Quizás se arrepiente de lo que dijo."

"Quizás solo quiere hacerme la vida imposible."

"Quizás siente algo pero todavía no lo acepta."

"O solo quizás quiere que recoja todas mis cosas para no tener que ver conmigo nunca más."

Lo último lo pensó con sarcasmo y rencor al mismo tiempo.

Sus pensamientos se estaban enredando el uno con el otro dentro de su mente, su estabilidad o paz mental que estaba obteniendo a través de su amigo, de la salida de compras, y de su propio autocontrol, ahora parecían arruinados solo por esa simple información.

Te odio pero te amo || MexPer ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora