50. Comienzo | Parte 2

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¿El primer día no fue como lo esperaba? Por supuesto que no lo fue. Desde un inicio, Miguel dejó muy en claro que aceptarlo era condicionado.

Pedro se dio cuenta tarde de sus sentimientos hacia el moreno, después de incluso tratarlo muy mal en varias oportunidades. Era justo que fuera quien pidiera por una segunda oportunidad; aunque ciertamente le avergonzaba haberlo hecho, no se arrepentía; esa era la única manera de mantenerlo con él, de poder asegurar un futuro juntos.

¿Entonces por qué la falta de emoción del menor le entristecía? Era normal que sucediera eso, Miguel pasó por mucho y claro que actuaría desconfiado en un inicio; no obstante eso no hacía menos que lastimara su ego y sentimientos.

La noche que le siguió a ese primer día, ambos durmieron en habitaciones diferentes, en sus propias habitaciones. Pedro se quedó despierto gran parte de la noche sobrepensando sobre aquel comienzo, tratando de buscar y encontrar cualquier respuesta a su problema; y solo al final, sucumbió al letargo con una idea y motivación en mente.

Como era rutinario en su vida, Miguel se levantó temprano con ayuda de su alarma, se duchó y alistó con uno de los tantos trajes que Pedro le prestó el día anterior, dispuesto a irse a tiempo y alcanzar algo de comida en el camino

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Como era rutinario en su vida, Miguel se levantó temprano con ayuda de su alarma, se duchó y alistó con uno de los tantos trajes que Pedro le prestó el día anterior, dispuesto a irse a tiempo y alcanzar algo de comida en el camino. Sin embargo, cuando salió de su habitación, inmediatamente un agradable olor llegó a sus fosas nasales, haciendo que volteara en dirección de la cocina.

Al caminar hasta allí, se dio con la sorpresa de ver a Pedro con un delantal, terminando de dar algunos toques al desayuno que preparaba. Éste, al ver al abogado, le dedicó una ligera sonrisa, tomando los platos servidos y poniéndolos en la mesa.

— Buenos días, Miguel. Ven, puedes desayunar.

Miguel sin decir nada momentáneamente, se quedó observando incrédulo al mayor; luego, negó con la cabeza.

— No es necesario, alcanzaré algo en el camino.

— Tienes tiempo, Miguel, alrededor de 30 minutos ¿No es suficiente para desayunar?

Miguel parpadeó unas cuantas veces, aún sin poder entender del todo.

— Igual, no es...

— Miguel, debes alimentarte adecuadamente, no es nada del otro mundo ¿O sí?

La mirada chocolate le increpó sin exaltarse.

— Antes solías desayunar aquí, no veo por qué sea diferente.

Con el regaño presente, y no pudiendo alegar otro motivo, Miguel desistió y se sentó frente a Pedro, mirando aquellas tostadas con huevo y queso derretido.

— Lo diferente es que desayunes conmigo, Pedro.

Murmuró sarcástico, mordiendo la primera rebanada.

Pedro, quien llegó a escuchar el comentario, bajó la vista a su taza de té humeante en la mesa, respondiendo primeramente con pocos ánimos, pero luego volviendo a un tono más seguro y sincero.

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⏰ Terakhir diperbarui: May 01 ⏰

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