14. Sentimientos

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Después de haber arreglado aquella pequeña disputa entre ambos, ellos habían vuelto a su vida rutinaria. Algunas veces se coqueteaban, se molestaban entre sí, y sí, también habían vuelto a tener relaciones sexuales casuales.

El mes de Julio fue agotador para ambos, mientras uno estaba con sus estudios de postgrado al igual que su trabajo en un Estudio Jurídico; el otro tenía filas de expedientes que analizar, así como debía prepararse para variadas audiencias que le correspondían.

Incluso con toda esa carga, ellos encontraban el tiempo para desestrezarse a través de burlas, bebidas y sexo. Miguel sabía que el tiempo no los apremiaba.

El cumpleaños de Miguel había llegado. Era un Martes. El menor sabía de antemano que al igual que otros días, ese era uno de los atareados.

Miguel debía ir a su trabajo y en la noche debía ir a su clase. Justamente ese día no podía faltar, ya que tenía que presentar su avance de tesis al catedrático de turno.

Se levantó a las 6 de la mañana con el cansancio latente. Antes de irse a tomar una ducha, recibió una llamada de su mamá.

Fueron muchos minutos en el teléfono. Tanto su madre, padre y sus hermanos lo felicitaron por su cumpleaños a su respectiva manera.

Con una sonrisa nostálgica, él escuchó a todos mientras les agradecía en el proceso. Debía admitirlo, extrañaba a su familia.

A las 6:30 am, Miguel se metió por fin a la ducha. Después de salir de la misma, mientras se empezaba a vestir, recibió la llamada de Martín.

Su mejor amigo, le saludó con gran emoción y le había hecho saber que a pesar de lo pesado del día, mínimamente debería aceptarle un almuerzo.

Miguel no tuvo tiempo de prepararse el desayuno, era demasiado tarde. Sin embargo, antes de salir de aquella casa, se fijó en la habitación de Pedro, ésta tenía la luz prendida, y si se escuchaba atentamente, se podía oír algunos pasos provenientes de aquella.

Pedro ya se encontraba despierto, Miguel podría asegurar que estaba así desde la madrugada; aun así, el mayor no salió para nada de su habitación, y Miguel no tuvo opción mas que irse.

En algún momento pensó que lo iba a saludar, pero quizás lo olvidó. De hecho es muy probable que Pedro ni siquiera supiera que aquel día era el cumpleaños de Miguel, y en teoría eso no debía molestarle en lo más mínimo.

Pero lo hacía. Miguel no podía recriminarle nada, de hecho estaba al tanto de aquel día para Pedro.

El mayor tenía infinidades de hojas por leer ya que al día siguiente tendría una audiencia muy importante. Todo el fin de semana Pedro estuvo estudiando  arduamente, levantándose a las 3 am a fin de preparase para ese día.

Miguel le comprendía, sabía que ante esas circunstancias, a cualquiera se le olvidaría una nimiedad. A él le pasó muchas veces.

No obstante, tenía la esperanza de que Pedro recordáse aquello, y le saludara aunque sea solo unos instantes.

Con el rastro de decepción en su mirada, Miguel continuó su travesía a su trabajo. Aquel día sería sumamente largo.

 Aquel día sería sumamente largo

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Te odio pero te amo || MexPer ||Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz