24. Ella

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El domingo por la noche, un par de mejores amigos se habían reunido en la casa del argentino. Compraron algunas cosas, sobre todo botellas de licor, y ahora más que nada solo conversaban mientras bebían sentados en el sofá de la sala.

-Yo solo digo que si tiene tanto miedo de mí pues que ni se acerque el pibe. -Martín ya estaba un poco pasado de copas pero no al punto de estar ebrio.

Miguel entendía algunas frases, más su mente iba y venía entre estar con su mejor amigo y con los problemas de su vida.

-En fin. -el rubio continuó- ¿Sabés qué sí me sorprendió escuchar hace poco? -Miguel solo se encogió de hombros- Pues que Pedro haya conseguido una novia.-dicho esto, volvió a tomar un sorbo de su cerveza.

El menor, por su parte, dejó de beber con una expresión estoica. Escuchar esa información de nuevo en verdad dolía como la primera vez. Lo bueno, es que ya era bueno en ocultar cierta parte de lo que sentía.

-¿Quién iba a creer que algún día dejara de estar de tras de Emily e iba a meterse en una relación seria? -bufó divertido.

Miguel bebió el contenido completo de su vaso.

-Supongo que es un avance. -murmuró el peruano.

-Es cierto, y pues como es mi otro mejor amigo tengo que felicitarlo debidamente.

-Mn.

Después de aquellas respuestas tan apagadas de Miguel, Martín empezó a sospechar que algo andaba mal, y como no era nada discreto solo preguntó sin más.

-Miguel... ¿Estás bien?

El mencionado elevó su mirada que anteriormente estaba en su vaso vacío, y así pudo vislumbrar un toque de preocupación en la mirada de su amigo.

Quería tanto decirle lo que estaba pasando, después de todo era la persona en quien más confiaba, pero esta persona también era muy cercana a Pedro. Un cierto toque de desconfianza lo hizo dudar. Así que solo mintió.

-No, no es nada. Solo estaba pensando.

-¿Sobre qué?

-Pues... no sé. Supongo en si darle una oportunidad o no a Andrew.

La alegre y ahora preocupada mirada esmeralda perdió un poco su brillo y su semblante se tornó serio.

-Miguel, no. -después de unos segundos siguió pero con más tacto- Ya sabés. Pensá. Él en realidad no te gusta, vos solo estarías jugando con sus sentimientos.

El rubio esperó a una negatividad de su amigo, pero lo único que recibió de éste fue un encogimiento de hombros como si no le importase en realidad.

-Tienes razón.

Ciertamente Martín iba a decir más si Miguel se ponía terco o indeciso, por tanto le sorprendió esa actitud de su amigo. Sin embargo, no indagó más.

Miguel en un santiamén cambió de tema a uno que lo involucraba a profundidad.

-Cierto... ¿Por qué, en un domingo, que es un día de familia, no está tu linda esposa? -se burló un poco.

-Ugh, callate, pendejo, solo molestas.

Esta vez Miguel se rió genuino.

-Pero dime, pues idiota. Ahora ¿Qué pasó?

-Ya sabés, lo de siempre. -volvió a tomar otro sorbo de su cerveza.

El menor suspiró.

-Martín... ¿Estás seguro de qué hiciste lo correcto?

Te odio pero te amo || MexPer ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora