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Ambos, Alfa y Delta estaban tan sumergidos en sus propios pensamientos que habían perdido total cordura de su cuerpo y mente. Estaban siendo atormentados por sus propios recuerdos que los agobiaban y carcomían para intentar evitar aquello que había sido inevitable.

Ambos habían revivido aquel lamentable momento, donde habían perdido a las únicas personas a las que más apreciaban en ese mundo tan cruel e injusto, aquellas a quienes habían amado tanto que al perderlas, habían dañado una parte de si mismos dejando un vacío tan profundo que ningún tipo de cariño podía llenar. Aquellas chicas que los habían amado
sin prejuicios ni comentarios hacia su carácter o apariencia, pero que por culpa de sus acciones y azares del destino los abandonaron.

Rebecca que había amado a un Delta...

Y Nicolette que había amado a un asesino...

Un pecaminoso recuerdo que mantenían tatuado más allá de la piel, en la memoria, manteniendolosos cautivos de sus acciones dominados por sus emociones.

Aléjate de él, es mío — Gruñó aquel prepotente Alfa a su enemigo natural.

Tocaste algo que me pertenece por Ley — Le respondió el Delta mostrando sus colmillos jalando fuerte de las cadenas cada vez que lograba acercarse a los barrotes.

Sus prendas estaban rasgadas y tenían manchas de sangre y tierra. La apariencia de un hombre formal en traje se había esfumado, presentado las misma imagen que tenía NamJoon al recibir su castigo por parte del Don y guardias del clan.

No conoces siquiera su nombre

Conozco más de lo que te imaginas — Respondió furioso jalando las cadenas — Hay tantos informes sobre él que incluso él desconoce ciertas cosas de si mismo.

¿Qué? ¿Qué es un Gamma? — Sonrió burlón y utilizó tanta fuerza en un brazo que logro romper una cadena — Admite que creíste que era un Omega en un principio. Por eso te atreviste a marcarlo.

Es cierto — No se quedó atrás y a pesar de estar casi sin fuerzas, rompió la cadena de su pie izquierdo—, creí que era un Omega por el hermoso aroma que solo YO puedo oler. Tu matrimonio con mi pequeño no es más que un simple papel firmado.

Me arrebataste el lugar de mi marca y para el colmo se lo han llevado los del Norte.

Otra cadena fue arrancada. Ambos estaban molestos y hacían lo posible para salir y atacar la piel ajena sin intervención de un tercero que evitara que se mataran, como JungKook y YoonGi lo habían hecho.

Tu permitiste que lo hicieran— Contestó con tosquedad.

Estaban cegados por la ira y el remordimiento de no haber podido hacer nada para salvar a aquel chico. La historia se volvía a repetir y cada segundo que pasaba mientras seguían atados a esas cadenas era un segundo más desperdiciado del tiempo.

— Yo jamás permití nada — Apretaba los barrotes con odio — Yo jamás quise que se la llevaran...

Aquel Delta de pupilas negras inesperadamente se relajó. El coraje seguía ardiendo en su garganta bajo la impotencia de no haber podido proteger a su esposo.

—¿La...? El es un chico — Preguntó el Alfa aún en su deplorable estado para después gruñir de dolor al sentir una aguja sobre su muslo pegado al barrote.

El Delta también soltó un gruñido al sentir el mismo dolor pero en su brazo derecho.

Walter había regresado y les había inyectado una fuerte dosis de supresores. No, ellos no hablan iniciado su Rut, pero los traería de vuelta a la realidad dejando que sus instintos se relajaran y su mente pensará con claridad.

Gamma | NamJin | Terminada Where stories live. Discover now