Gamma | NamJin | Terminada

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Aquel animal que manipulaba el cuerpo de SeokJin liberó su aroma, atrayendo más al lobo que se había quedado quieto un momento para admirarlo. Su respiración, afectada por el celo y la adrenalina, se entrecortaba a cada segundo con él, y es que la rapidez con la que estaban avanzando llegaba a ser de alguna forma agradable para el Gamma.

Intranquilo, extendió sus manos para abrazar la gran espalda de NamJoon, cubierta por una camisa blanca. Lo arañó firmemente como una orden para atender su necesidad y el otro obedeció sin dejar de mirar su rostro.

Tomó su miembro con una mano y lo dirigió a la entrada húmeda que le daba la bienvenida. Comenzó a rozar un poco de arriba hacia abajo jugueteando un poco y al mismo tiempo dejando que se bañara con el lubricante natural que desprendía en joven. NamJoon se enderezó listo para la verdadera acción, no sin antes darle un beso en labios, siendo aceptado como consentimiento de que podía proceder.

Y sin preparación alguna, tranquilo y acelerado a la vez, el Alfa ingresó un poco su miembro en el trasero del Gamma.

SeokJin soltó un gemido que terminó por quedarse atrapado en su garganta cuando sintió un gran bulto en su entrada. Le dolió, sí, pero por la calentura el chico no sentía nada más que espasmos placenteros que lo incitaban a continuar. NamJoon al mismo tiempo, quería hundirse cada vez más en el interior de su "pareja" cada vez más al sentir su calor interior y como daba leves apretones de vez en cuando acostumbrándose, lo que a él le agradaba y lo hacía sentir de maravilla.

Fue entonces que SeokJin casi le rompe la camisa cuando tiró fuertemente de ella al sentir al Alfa invadirlo en lo más profundo.

- ¡Ah! ¡Mmmh!- Se mordió el labio cuando intentó comunicarle al lobo que todo estaba bien.

NamJoon lo miró antento por un momento de nuevo. El lobo quería observar a su pareja por la que tanto ha la estado esperando y por fin había encontrado, olvidando a aquella loba que había intentando ocupar su lugar. Le había dado una oportunidad y como era de esperarse la tolero. Sin embargo, al contrario de la bella y tierna mujer, cuando olfateó al chico desde el otro pasillo de la empresa lo reconoció en un segundo y no deseo más que tenerlo a su lado.

Y ahora lo tenía debajo suyo, con los ojos entre cerrados, sus labios rosados y brillantes abiertos soltando suaves suspiros y gemidos, su cabello alborotado, su piel blanca y en su cuello la marca que lo adornada, se había hecho más profunda.

Retiró los brazos de su amante y colocó sus piernas gentilmente a sus lados  para tener una mejor visión de su entrada y mayor facilidad de movimiento. El Gamma temblaba por las nuevas sensaciones que estaba experimentando y ante la falta de fuerza que lo había consumido. Fue entonces cuando hizo contacto visual con los aquellos ojos de color rojizo del Alfa, que lo hizo sentir pequeño y avergonzado por su cuerpo desnudo. Llevo sus manos a su rostro y se cubrió, cerrando por debajo los ojos.

A el Alfa le pareció tierna su acción, pero no quería dejar de ver el rostro de ese chico, así que cuando observó que ya había ingresado completamente, dio su primera estocada repentina y profundamente, causando que el Gamma bajara sus manos a su boca ocultando el fuerte gemido que iba a soltar.

— Vamos, quiero verte, cariño. No ocultes tu precioso rostro— Había pronunciado con su voz de mando y él obedeció apareciendo con su labio tembloroso.

Colocó sus manos en ambos lados de su cabeza he inmediatamente sintió unas manos más grandes retenerlas y otra estocada apareció.

— ¡Ah, a-ah! — Soltó mientras su torso se levantaba empujando sus caderas de manera involuntaria — Lo siento, Alfa.